XVIII

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—Lady Blair —se escuchó a lo lejos.

La castaña estaba metida en sus propios pensamientos mientras bordaba con la compañía de Dyana, desde que Helaena había partido, se había vuelto muy cercana a la rubia.

—Lady Blair —la volvió a llamar sacándola de sus pensamientos.

—¿Sí, mi dulce Dyana?

—Ha estado en otro mundo, ¿se encuentra bien? —preguntó preocupada.

—Estoy bien solo pensaba que...extraño Invernalia —admitió—. Tal vez me vaya con los pequeños un tiempo para allá.

Ella sonrió feliz.

—Estoy seguro que sus hermanos y sobrino deben extrañarla, mi lady.

—Y yo a ellos —suspiró—. ¿Sabes? Me gustaría algún día viajar por el mar y ser...libre.

—Extraña al príncipe Lucerys, ¿cierto?

—Como no tienes idea, pero sé que él está más feliz sin mí. En estos 10 años no ha respondido ninguna de mis cartas ni ha venido a vernos.

—Con todo respeto, mi lady, debe ser algo difícil estando en su posición.

La castaña tomó su mano dulcemente.

—Lo sé, eso es lo que también me duele.

Dyana estaba por decirle algo más cuando las puertas de los aposentos de la Stark se abrieron dejando ver a sir Erryk algo serio lo que hizo suspirar a Blair.

—¿Qué hizo esta vez?

—Se metió en la fosa de dragones y trató de llevarse al suyo a volar.

El joven príncipe no tardó en aparecer dentro de los aposentos cuando el guardia le contó su comportamiento a su madre.

—Maekar...

—Hola madre —sonrió algo culpable haciéndola negar.

—Déjennos a solas, por favor —pidió amablemente.

Dyana y sir Erryk se reverenciaron y salieron.

—Puedo explicarlo —exclamó el menor.

—Es la quinta vez en la semana que intentas montar Lutherys, mi amor, ¿no entiendes que aún es peligroso?

—Pero lo puedo hacer con cuidado.

—Todavía no te manejas muy bien con el alto valyrio, podrías salir herido.

—Es mi única oportunidad de hacer que padre me preste atención y se fije en mí.

Blair suspiró al ver a Maekar, el joven era un mini Jacaerys físicamente, pero tenía el espíritu aventurero de su madre, aunque cuando se enojaba tenía el carácter de su padre, en pocas palabras era la pesadilla de Jace.

—No tienes que buscar la atención de tu padre, cariño —acarició su rostro dulcemente mientras se lo limpiaba con un pedazo de tela—. Tú eres un niño excepcional, ¿sabes lo mucho que me enorgullece que seas mi hijo?

—¿D-de verdad te causo orgullo?

Ella lo miró dulcemente.

—Eres uno de los mayores orgullos que he tenido en toda mi vida.

Maekar sonrió cuando sintió el beso de su madre en su frente.

—Te quiero mucho, mamá.

—Y yo a ti, mi niño.

Snow se acercó al joven esperando a que le hiciera cariño, cosa que lo hizo reír por lo que se agachó y empezó a hacerlo dulcemente.

—¡Maekar! —gritó su hermanito corriendo hasta él para abrazarlo—. ¿Me leerás un cuento antes de dormir?

You Belong With Me || Lucerys VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora