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𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚝𝚑𝚛𝚎𝚎: ❥Sickness
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Habían pasado cuatro meses de que llegué a la prisión, no hubo muchos sucesos interesantes. Mi relación con Carl seguía igual; ambos nos seguimos odiando, en cierta parte es por lo sucedido el día que llegamos y seguíamos teniendo esos choques de miradas que transmitían odio profundo.
"-Eres un completo imbécil. –dijo el ojiazul a centímetros de mí cara, agarrando el cuello de mi camiseta. Una sonrisa cínica se formó en mis labios.
-¿En serio? –pregunté rebajándolo con la mirada. –Por lo menos, yo si se juega al fútbol y se pierde, no como otros que conozco. –siseé. Este bufó, soltando el cuello de mí camiseta de un empujón.
-Púdrete Dixon. –mí sonrisa se ensanchó más, luego de escuchar el tono de su voz. Y si de algo aprendí del ojiazul, es que odia ser humillado.
-¡Ojalá que un caminante te bese el culo, Grimes!. –grité lo suficiente fuerte para que me escuche, sin mirarme, Carl me sacó el dedo del medio."
Una sonrisa se plasmó en mi rostro al recordar lo sucedido hace un par de horas, aunque me cueste admitirlo, me entretiene la compañía del ojiazul y las formas más estúpidas que tiene de enojarse. Y eso a mí me gusta, ya que lo puedo molestar las veces que quiera.
Le di una última calada al cigarro para luego pisarlo con mi pie, a lo lejos pude distinguir a Carl y Patrick acercarse a donde se encontraban Lizzie y sus amigos, rodeé los ojos imaginándome lo que el ojiazul les podría decir, por andar nombrando a los caminantes.
A pasos apresurados, me dirigí a donde se encontraban. Carl los miraba extrañado pensando el por qué ellos nombraban a seres sin vida.
-No le pongan nombres. –espetó fastidiado. –Ellos no están vivos, ellos solo quieren comerte. Ni siquiera saben quién eres. ¿Por qué les ponen nombres estúpidos, a muertos que solo piensan en matarte? -Lizzie y el resto se dieron la vuelta, Lizzie mostrándose ofendida ante el comentario de Carl.
Y es que, siendo sincero Carl tenía toda la razón del mundo. Pero si ellos eran felices poniéndoles nombre, que lo sean. Yo no les voy a impedir eso.
-¡ELLOS NO ESTÁN MUERTOS! -gritó ofendida Lizzie, mis ojos se abrieron como platos, ante la actitud de la rubia y Carl la miraba con incredulidad.
¿Qué mierda?
"Yo quiero saber lo que fuma ella."
Cierra la puta boca.
-Ellos están enfermos, ellos no están muertos, pero tú no lo vas a entender porque eres un maldito insensible. –Su voz se entrecortaba debido a las lágrimas acumuladas en sus ojos, mordí mis labios impidiendo reírme y que Carl sepa de mi existencia. –Es la hora de lectura con Carol. Deberíamos de ir. –murmuró la rubia limpiando las lágrimas, comenzando a caminar seguida del resto.
