ACLARACIÓN: este capítulo contiene tema de autolesiones, mención de drogas y homofobía, se pide discresión.
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𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚏𝚘𝚞𝚛: ❥𝖥𝖺𝗋 𝖺𝗐𝖺𝗒 𝖿𝗋𝗈𝗆 𝗁𝗈𝗆𝖾
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"Por favor, despierta."
-¡CARL! –grité levantándome de golpe, miré a mi alrededor ansioso respirando agitadamente, silencio reinaba en el lugar junto a pequeños gruñidos provenientes de afuera de mi celda. -¿Qué mierda? –murmuré levantándome de la cama, el olor a polvo hizo que mis estornudos se escuchen, generando que los caminantes vengan a donde estaban.
Que me jodan.
Salí chocándome con ellos, el lugar estaba repletos de caminantes no solo de acá, sino que del afuera, fruncí mi ceño confundido viendo el gran agujero que había en la pared y todos los escombros caídos llenando de polvo el ambiente, tapé mi nariz evitando que este entre y me haga estornudar.
Odio las putas alergias.
Cerré los ojos debido a que la luz del sol vino directamente a mi cara, parpadeé lentamente acostumbrándome a donde me encontraba, todo era un caos andante; había sangre en las paredes y suelo, también había un tanque en llamas y autos. Decenas de caminantes había por doquier, todo era un desastre.
Lentamente fui al pabellón B por una de las puertas secundarias de este, en busca de mis cosas y en busca del resto. Todo estaba oscuro, no había un rastro de luz en los pasillos y el silencio incómodo generaba escalofríos en mi espalda, agarré un barrote que había en el suelo y me puse en alertar mirando a todos lados paranoico.
Abrí la puerta de un golpe y por acto de reflejo giré a donde sentía miradas pegándole con el barrote con toda la fuerza posible, me quedé estático en mí lugar sorprendido viendo a quien casi golpeo. Glenn me miraba atónito balbuceando cosas sin sentido. Fruncí el ceño con incredulidad y confusión.
-¿Chino? –Glenn bufó rodando los ojos debido a la incredulidad de mi voz. –Puta madre, casi me matas del susto. –dramaticé llevando una mano al pecho fingiendo ofenderme. El asiático solo se dedicó a mirarme serio negando.
-¿Hace cuánto que estas aquí? –bajó el arma ignorando lo que dije anteriormente, asentí pensativo, era una buena pregunta la del chino. ¿Se la respuesta? No, pero tampoco hay que ser Einstein como para saber que ha pasado no más de una semana.
-No sé qué decirte chino, hace menos de una hora estoy vivo. Jugué piedra, papel o tijera con la muerte y le voy ganando dos a cero. –bromeé encogiéndome de hombros, Glenn me miró incrédulo sin saber que decir, en cierta parte él tampoco sabe cómo sigue vivo.
