¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚝𝚠𝚘: ❥𝖱𝗎𝗇𝗇𝗂𝗇𝗀 𝖺𝗐𝖺𝗒
﹀
Gruñidos me hicieron levantar de donde me encontraba, me asomé por la ventana de la cabaña en la que me encuentro viviendo; había dos cuerpos podridos deambulando por la zona, molesto salí de mi adorable cama para poder matarlos.
Al salir, el cielo estaba de colores anaranjados, estaba amaneciendo.
-Que ganas de vivir tienen. -una risa salió luego de aquel pésimo chiste. Matarlos no fue difícil, no se dieron cuenta de mi presencia.
Luego de ser mordido hace ya un año y casi morir, resulta que al otro día me desperté y el rasguño se estaba curando, lento, pero daba indicios de que se iba a curar. Empezaba desde mi hombro y terminaba por mi codo, era una herida bastante grande y dolorosa. Pero gracias a eso, los cuerpos podridos pensaban que era uno más.
Hace un año que vivo solo, luego de huir de aquel campamento, y casi morir, encontré una pequeña cabaña en medio del bosque, y decidí vivir ahí, encontré comida que me duro alrededor de un mes, pero luego se dificultó todo. Gracias a que mi hermano me había enseñado a cazar, pude cazar un ciervo y varias cosas más a lo largo del año.
Al regresar a la cabaña mí perro vino corriendo a saludarme.
-Hola Kenny. -Kenny no paraba de lamerme la cara lo cual me hacía reír. Kenny es un border collie de color blanco negro y marrón, el cual encontré en unos arbustos cuando era solo un cachorro de no más de dos meses.
A medida que fue creciendo, logré enseñarle a cazar, rastrear y ayudarme a matar a los cuerpos podridos.
Hoy iba a ser un día agotador, tenía que ir a buscar comida y si llegaba con la luz del día, buscar algún cuchillo o munición. No soy una persona que use pistolas o armas de fuego; son ruidosas y es difícil ser silencioso con ella, por eso prefiero las armas blancas, como cuchillas, hachas, machetes y también las ballestas; recuerdo cuando mi hermano me enseñó a usar una la suya, era algo pesada, pero, no es difícil adaptarse a ellas.
"-Lo tomas del mango, y luego la posicionas a donde quieras disparar. -su tacto era suave, la ballesta pesaba, y Daryl lo sabía, por eso trataba de ser lo más delicado posible.
