Capítulo XXX

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Bill

—¡Tyron, por favor! —grite al tomar su muñeca.

—¡Déjame en paz, Bill! —grita él de vuelta intentado soltarse de mi agarre.

—¡Solo déjame explicarte! —pedí de nuevo.

Tyron se giro con rápidez para darme un golpe con su palma extendida, el impacto me hace soltar su muñeca, fruncí el ceño por tremendo golpe.

—¡No voy a volver contigo, Bill! —él bufa con molestia —Todavía tienes el cinismo de hablarme despues de lo que hiciste —se ríe mientras niega con la cabeza.

Lo observé antes de reírme por sus palabras, la situación comenzó a cansarme, intento explicarme y él no me deja, extraño pasar tiempo con él pero tampoco parece importarle y yo tengo un límite.

—No, cariño —negue deteniendo en seco sus palabras —No te voy a pedir que regresemos —mis palabras llaman la atención de Tyron —¿Que pensaste? ¿Que el gran Bill Cipher va a suplicar? ¿Humillarse por ti? No te equivoques, solo quería explicarte.

—¿Cómo? —pregunta con desconcierto.

—No voy a rogar tu perdón, tampoco quieres mis explicaciones pues bien, solo quería quedar en buen termino contigo pero me cansé de quedar como idiota frente a ti —me encogí de hombros con indiferencia.

Tyron solo me observo unos momentos, antes de que soltará una carcajada limpia.

—De verdad eres un cínico, después de que te besaste a mi primo, no una sino ¡Dos veces!,  vienes y te victimizas queriendo culparme por algo que tú hiciste —acusa con indignación, su rostro luce tan rojo por la molestia y sus ojos brillan.

—No te estoy culpando de nada, soy consiente de mis acciones y no me arrepiento de ellas, Tyron —aclaro con el entrecejo fruncido, él jadea con sorpresa.

—T-te gusta Masón, ¿no es así? —sus labios tiemblan ligeramente, su nuez de Adán sube y baja con rápidez.

—No tengo por qué responder, eres libre de pensar lo que quieras —conteste más brusco de lo que en verdad quería.

Mi ex novio asiente con la cabeza, sonríe levemente, veo el momento exacto en el que un par de lágrimas bajan por sus mejillas y él no se molesta en limpiarlas, siento mi corazón encogerse ante eso, mi fachada indiferente flaquea.

—Bien, no vuelvas a molestarme, no quiero verte, ni escucharte. —él se aleja a las prisas por el pasillo.

Me quedo ahí, solo contemplando como se va sin mirar atrás, trago saliva con dificultad y me obligó a no mostrarme afectado por lo que acaba de pasar, al final era lo mejor para ambos, en especial para Tyron.

Lo peor de volver a la escuela despues de una pijamada en la que dejas tu dignidad por los suelos, aunque haya sido alucinante y fue una excelente manera de despedir las vacaciones, es encontrarte con las personas que antes eran importantes, esas personas que por alguna razón ya no te hablan o las que simplemente decidieron sacarte de su vida sin avisar.

Los días pasan tan rápido mientras te acoplas a una rutina que creías olvidada, levantarte temprano, desayunar a las prisas e incluso no alcanzar a desayunar nada, intentar seguir los entrenamientos en los que has perdido resistencia por pasar horas frente a un televisor comiendo frituras, soportar a porristas chillonas —a excepción de tu mejor amiga—, pasar hora con hora en aulas apestosas con profesores irritantes y algunos con más ganas de irse que de enseñar, eso sin contar el poco interés porque sus alumnos aprendan, así hasta que la rutina queda grabada a fuego en tu piel.

—¿Estás escuchando, Bill? —pregunta Rigby, un compañero de travesuras en el instituto.

—No, no estoy entendiendo nada —me encogí de hombros restándole importancia.

El Chico Problema [PhillxMasón] [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora