Capitulo 25

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Yoshino abrió la puerta de la habitación en el momento en que Teka y Katsuki estaban hablando, una leve sonrisa se formó en su rostro y se disculpó con ellos por interrumpir. Le pidió al cenizo que pasará a su habitación para poder mostrarle lo que tenía para él.

El niño entro un tanto desconfiado, mirando a su alrededor con atención y el demonio no lo culpo por eso. Fue a sentarse a un sillón y le hizo una señal para que se le acercará.

—Quiero que me des tu mano derecha —pidió el demonio y el niño lo hizo, depósito en su palma un pequeño anillo con una piedra de color negro —Esta piedra pertenecía a mi antecesora, Leika. Se podría decir que era mi madre y cuando mis poderes se fueron desarrollando, pude controlarlo, ¿quieres ver su interior?

— ¿El interior del anillo? —miró fijamente el cenizo a el anillo, que parecía viejo y barato.

—Sí, su interior. Una vez que lo veas, hay algo de lo que quiero hablarte —asintió el demonio y cubriendo su mano con la del cenizo, murmuró —Por favor, Katsuki.

Le tiembla la mano, ¿acaso quiere decirme algo malo? ¿estará preocupado por lo de Chisaki?

Katsuki no era bueno comprendiendo las emociones de otros y aparte debido a que Yoshino le evadía la mirada, no podía saber qué tipo de expresión estaba poniendo. Cómo quería saber qué lo tenía tan mal, asintió y entonces sintió como el anillo cobraba vida en su mano y vio que de su interior, de la piedra negra, salía una especie de círculo violeta. Al brillar ese círculo, su cuerpo fue engullido junto con el de demonio y cayó en una superficie dura.

El cenizo sintió algo diferente en el aire al instante, además, su cuerpo se sentía un tanto extraño y cuando sus ojos se enfocaron, noto que el suelo en el que estaba apoyado era tierra de color rojizo y que sus manos se habían vuelto más grandes. Así como también sus brazos y piernas, su ropa parecía haberse ajustado a su tamaño pero también adquirió otras características. Traía puesto el cinturón con la daga que me regaló Sero, los collares de Mitsuki —que recordaba claramente haber dejado en su habitación ese día— y un brazalete que le había hecho Kirishima. Su pantalón era más holgado y no traía puesta su camiseta, sino que llevaba su capa que en vez de roja era blanca.

—Vaya, había supuesto que serías un chico guapo pero esto supera mis expectativas.

Katsuki gruño ante la voz burlona de Yoshino y se puso de pie para preguntarle porqué mierda tenía su cuerpo normal, cuando vio que el demonio también había cambiado. Su ropa era de color blanco, un traje largo lleno de ornamentos de color dorado y su cabello azabache había crecido hasta el punto en que le llegaba a la cintura, además de que traía dos cuernos en la frente y sus uñas se habían vuelto negras y afiladas.

— ¿Qué...? —abrió la boca y la cerró despacio — ¿Por qué me muestras tu forma real?

—Oh, así que sabías que usaba un disfraz humano —sonrió el demonio —Bueno, es de esperarse. Eres un chico inteligente.

— ¡No cambies de tema! ¡¿Por qué te muestras así?! —exigió saber el cenizo — ¡No quiero un jodido trato especial porque sepas lo del maldito Chisaki! ¡No tienes que demostrarme nada, maldita sea!

Yoshino se quedó en silencio e inclino la cabeza, colocó las manos hacia atrás y Katsuki apretó los puños, molesto e irritado por la inesperada situación que no terminaba de comprender. El demonio soltó un suspiro entonces y miró hacia el cielo, aunque el cenizo noto que ese lugar no tenía uno, no podía ver el sol pese a que hubiera luz y se pudiera ver el color azul del supuesto "cielo".

—Estoy en desacuerdo contigo, Katsuki. tengo que demostrarte algo —dijo el demonio y del suelo salio una columna de tierra, con una especie de brillosa esfera de cristal en la punta —Porque te lo debo. Porque soy el único que sabe todo. Ven, acércate.

Desde el comienzo  [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora