Capítulo -9-

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—¡ROIER BAJAME AHORA!—Cellbit gritaba despavorido aferrándose al cuerpo de Roier.

La araña solo se columpiaba y brincaba a grandes alturas sosteniendo al astronauta con una mano, la oscuridad los abrazo por completo y Cellbit no podia mirar a donde se dirigían.

Mentalmente escribía una carta de despedida por si llegaba a fallecer a manos de Roier.

Cerró sus párpados con fuerza y su voz cesó de un instante a otro, hacia demasiado frío por lo que sus labios temblaron con cada ráfaga de aire que lo golpeaba y se dio cuenta que Roier no estaba siendo agresivo, notó como intentaba hacerlo suavemente para no alterarlo.

El vapor comenzó a salir de su nariz y el calor que Roier producía desde su piel lo abrazaba evitando que muriera de frío, podía sentir todo su cuerpo trabajar mientras se balanceaba entre sus telarañas que salían de sus muñecas mientras lo sostenía con fuerza desde su cintura.

Intentaba ver algo entre la oscuridad, ni sabía a cuanta velocidad avanzaban pero luces comenzaron a alumbrar la cueva, se balancearon a lado de cristales enormes de color verde neón que dejó maravillado al humano cuando los miro.

—¡¿Esos son cristales?!—Le preguntó a Roier sin apartar la mirada.

—“Tieluh” son malos, tu piel se pudre—Explicó tratando de decir que eran tóxicos si los tocabas por eso se mantenían alejados de ellos.

Eran tan hermosos pero tan nocivos para los seres vivos, por lo que los ojos de Cellbit se llenaron de brillo cuando más de ellos comenzaron a aparecer durante el camino.

—Son muy hermosos…—Susurró para si mismo maravillado por todo lo que aún le faltaba por explorar.

Y al oírlo Roier sonrió por lo que se desvió al camino más largo para que su amigo pudiera mirar más maravillas ocultas en esa cueva.

Allí dentro las cosas brillaban por si solas, el agua encharcada deslumbraba de un color amarillo y la cueva cada vez era más grande y espaciosa, habitaban las bolas de pelo blancas como la que Juan había adoptado en su primera misión pero sus cabellos blancos eran brillantes.

—¿Y eso? ¿Cómo se llaman?— Los señaló aunque Roier no podía ver a donde.

—Son “Gamis”, son divertidos— Las bolas de pelo se esponjaron cuando los vieron pasar creyendo que eran depredadores y Cellbit rió con diversión.

—Mi compañero tiene uno— Ansioso miraba a los alrededores para ver con que otra cosa nueva se topaba.—¿Porqué todo brilla aquí dentro?.

—El brillo de los soles no entra, los animales aquí brillan solos para cazar fácil y tener calor— Ahora quien le enseñaba a Cellbit era Roier.

Pasaron largos minutos donde Cellbit le preguntaba a la araña que era todo lo que veía y amablemente le explicaba todo de la mejor manera que podía.

El humano olvidó el frío por completo y sin darse cuenta abrazaba cuidadosamente del cuello de Roier mirando hacia el frente lleno de curiosidad.

A los ojos de Roier, Cellbit lucía como un niño pequeño en su primera aventura fuera de la tribu, era adorable como se emocionaba con las cosas más insignificantes en esa cueva.

Y finalmente llegaron a una laguna dentro de la cueva, cuando Roier se detuvo Cellbit se llenó de duda en que si ese era el destino, la araña lo bajo cuidadosamente de su cuerpo.

—¿Qué es esto Roier?...—Se abrazó a si mismo frotando sus brazos para mantener el calor mirando la laguna de colores amarillentos.

—Aquí cocinamos la carne para comer—Miró con seriedad a Cellbit y este comenzó a temblar no sólo de frío si no también de miedo retrocediendo torpemente.

"BÉELIA" || Fanfic [Guapoduo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora