-Prólogo-

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El cantar de las aves suele ser el despertar más armonioso que existe, también el caer de la lluvia despreocupada por la acera y las hojas verdes de los árboles, o tal vez el beso y el susurro de la persona más importante en tu vida pidiendo cuidadosamente que abras los ojos para comenzar tu día.

Desayunar algo nutritivo pero delicioso, hacer tus labores del día, descansar, dormir y al día siguiente hacer lo mismo. ¿Repetitivo?, si. Pero de alguna forma la mayoría es feliz haciéndolo, otras no tanto, y por último, algunos ni siquiera pueden.

Nacer, Crecer, Morir. El ciclo de la vida humana es igual de simple.

Naces sin tu consentimiento.

Todos crecen en adversidades distintas, culturas, idiomas, familias, hogares, países.

Mueres. Todos lo haremos.

No todo es eterno en la vida. Nada lo es. Y no hay nada que podamos hacer al respecto.

O tal vez si.






“[Prueba 0023] En proceso…”

—He aterrizado en la zona. Repito, he aterrizado en la zona— Resona la radio con la voz de aquel hombre que se miraba a través de las cámaras mostradas en las pantallas frente a los dos al mando —Avanzando los 10 metros de distancia.

—Manténgase alerta.— Contesta por el radio un chico de piel pálida y cabello negro como el carbón manteniendo la mirada fija en las cámaras como si de una película de suspenso se tratase.

Ambos pilotos y capitanes de la nave no se encontraban solos, puesto que toda la tripulación estaba a sus espaldas mirando las pantallas con atención, podría decirse que ni siquiera parpadeaban, estaban tan concentrados mirando como el astronauta se alejaba con cautela de la nave para llevar a cabo la misión.

—Cinco metros… Cuatro metros… Tres metros…— Contaba con algo de tensión mientras daba pasos largos pero seguros entre el exótico césped con tonos verde lima y amarillentos, dejando las huellas de su traje remarcadas en la tierra ceniza debajo de los colores vivos que lo cubrían—Colocando dispositivo…

Una vez el astronauta llegó a su destino instaló un dispositivo alargado con forma de termómetro contra el césped, enterrandolo en la tierra de tonos tristes. Toma una pantalla que se encontraba a lado de su cintura para activarlo.

Los espectadores secan el sudor de su frente y muerden sus uñas por los nervios presentes, esperando los resultados del artefacto instalado.

—Capitán Quackity… Los resultados son positivos… La tierra es fértil y similar a la natal…— Suelta con notable felicidad mientras presiona botones en la pantalla que llevaba entre manos—El aire está limpio. Esperando permiso para retirar casco.

Ambos capitanes se miran entre sí y asienten detenidamente aún dudosos de la petición, esta vez no querían que otro miembro terminará muerto después de afirmar que el aire era inofensivo.

—Permiso concedido Cellbit…— Suelta sin más el Mexicano con apellido “Quackity” con algo de ansiedad, la tripulación se pone algo inquieta removiendose lentamente de sus lugares con suspiros de por medio.

—Retirando casco— Lo toma con cuidado dejando la pantalla de nuevo al costado de su cintura para sacarlo lentamente de su cabeza, dejando ver su corta barba y bigote en su rostro con tonos cafeces contrastando con su piel lechosa.

Manteniendo una bocanada de oxígeno que proporcionaba el traje antes de quitárselo, retira el casco con totalidad haciendo notar su emoción en sus ojos celestes que guardaban seguridad. Finalmente soltó el aire que guardaba en sus pulmones para inhalar el dudoso oxígeno de la tierra desconocida.

"BÉELIA" || Fanfic [Guapoduo] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora