también tengo mis secretos

capitulo 2

(miya)

"No sé cómo sentirme al respecto, Takashi se disculpó...

Una parte de mi quiere correr a sus brazos y perdonarlo, mientras la otra quiere que lo aleje para evitar que me vuelva a lastimar

Tengo miedo, me siento extraño y no quiero pensar pero él no ha salido de mi cabeza desde lo que ocurrió... Creí que me sentiría mejor si lo escribía pero ahora solo estoy más confundido"

Las lágrimas mancharon la hoja de mi cuaderno, no se en que momento comencé a llorar... Desde que Takashi volvió a hablarme no he podido pensar en algo diferente, en mi cabeza solo está el recuerdo de ese día repitiéndose como un disco rayado

No sabia que hacer o como actuar, ni siquiera sabía que pensar sobre ello

Lo único que había en mi mente era una extraña combinación de sentimientos que se oponían los unos con los otros, sin saber que dirección tomar

.
.
.
.

Una vez en la escuela crucé miradas con takashi, quien me dedicó una sonrisa que me aceleró el corazón de una manera inesperada, con un leve sonrojo teñido en las mejillas le devolví la sonrisa

- hola, había tarea? - fue lo primero que dijo una vez estuvimos lo suficientemente cerca como para hablar con tranquilidad

- si, de matemáticas - le contesté con una sonrisa burlona al ver cómo en su cara se formaba un gesto de terror

- ay! Mierda, y ahora? - se sentó en su silla mientras buscaba entre sus cuadernos el cuaderno de matemáticas, se notaba lo desesperado que se encontraba

- Mierda! Dejé el cuaderno... - suspiró rendido ante la situación, sonreí con gracia, la situación me recordaba a cuando teníamos tan solo 5 años, takashi todavía no podía sumar y olvidaba el cuaderno a propósito para no tener que entregar la tarea

- tranquilo, es en el libro no el cuaderno - me rei con suavidad mientras buscaba mi libro de texto para poder entregárselo

- ay, gracias miya, si fallo está nota me tiro matemáticas - se notaba aliviado, como si un peso hubiese desaparecido de sus hombros

- te vas tirando mate? - le pregunté con burla mientras lo veia pasar las páginas de mi libro en busca de mi trabajo ya hecho

- si, tristemente, no soy tan bueno - sacó su cartuchera y sus materiales para poder comenzar a copiar mi trabajo, mientras una sonrisa se formaba en la comisura de sus labios al ver mi letra

- que? - lo miré molesto al darme cuenta de su sonrisa, - acaso mi letra se ve mal? - me preguntaba mientras esperaba a que él me respondiera algo

- sigues escribiendo como una "princesita" -  sonrió con cierta burla pero al mismo tiempo se podía notar un apice de ternura al ver mi letra pequeña y organizada

- cállate - hablé mientras le quitaba el libro de entre sus manos, el se puso pálido al notar que le había arrebatado el libro pues él lo necesitaba para poder hacer la tarea

- ay perdón! Miya perdona porfiiii - se notaba la desesperación en su mirada, definitivamente iba perdiendo la materia y, lo más seguro es que sea casi imposible que la salve

" Las horas pasaron como si nada, por alguna razón el peso de las palabras dichas y de los secretos ocultados había desaparecido, solo se sentía la comodidad que solía haber antes de nuestra unión se destruyera a causa de la fama"

Anoté en mi diario durante el recreo, analizando varias veces lo recién escrito con la finalidad de poder entenderlo pero parecía estar escrito en un código que solo mi corazón podía desbloquear, mi corazón le negaba a mi conciencia el conocimiento de lo que estaba sintiendo como si se tratase de un juego...

- que haces? - cerré el diario en cuanto escuché la voz de takashi tan cerca de mi, por un segundo me sentí expuesto ante el

Sentí que mi secretos habían salido a flote ante los ojos de la última persona en la que debía de confiar.

Los nervios me consumieron en cuanto noté su mirada fija en mi libreta, aquella libreta dónde ocultaba mis secretos más personales, por un momento tuve la sensación de que el podía ver el contenido de mi diario, que en este momento estaba leyendo todos mis secretos con solo mirarlo

Aparté el libro de su mirada bruscamente guardando lo en mi mochila, en un bolsillo secreto que apenas se veía y coloqué el seguro para que nada pudiese abrirlo

- estás bien?... - me preguntó con delicadeza, como si cualquier paso en falso pudiese arruinarlo todo

- si, estoy bien - hice un enorme esfuerzo para que no pareciera que estaba nervioso pero él parecía ser capaz de leer exactamente lo que me ocurría, me conocía demasiado bien

- miya... Ese... Era tu diario? -