5. El chico desconocido (Parte 2)

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Desconocido

Despierto cuando Mine empieza a sonar por mis audífonos. Los ojos me pesan, no he dormido muy bien que digamos, me han despertado muy temprano para hacerme una Pulsioximetría, con tantos exámenes a los que me han sometido esta semana no se puede dormir en paz. La buena noticia es que mañana me iré de este lugar.

Abro lentamente los ojos para adaptarme a la luz, estoy a punto de mover la cabeza al sentir el dolor en el cuello, pero me abstengo al percatarme de un movimiento en el sillón ubicado a mi derecha.

Es una chica... Una chica que jamás olvidaría. Una chica cuyos ojos no pude olvidar desde que los vi. La chica de cuyos ojos quedé completamente fascinado. Es esa chica...

Si es ella y aunque tiene la vista fija en la pared puedo distinguir sus ojos desde donde estoy y no me limito en repararla bien.

Sobre su cabeza reposa una boina negra dejando su cabello de un color que no puedo definir específicamente entre el castaño claro y oscuro . Tiene largas pestañas, labios rosados y sus pecas, las que apenas y logré ver la primera vez resaltan más en la luz del día. Es preciosa

Niego con la cabeza para despertar bien, el movimiento hace que voltee a verme y por unos segundos. En el momento en que su mirada vuelve a cruzarse con la mía

No sentía el dolor, ni la luz del día, ni el sueño, ni la molestia en mi pecho. No había nada... un jadeo escapó de mi boca. Solo eran sus ojos y los míos, y Mine

No había canción más perfecta para este momento.

— Tus ojos — digo, pero a excepción de ese día. Esta vez no hay nada que evite que se lo diga.

— ¿Qué? ¿Qué pasa con mis ojos? —dice tartamudeando un poco en el proceso.

Me deleitó con la mirada extrañada que me dedica. Y es lo más obvio. Con la mascarilla lo más obvio es que ni siquiera me reconozca o posiblemente ni se acuerde de mí.

— Son Fascinantes Nunca he visto nada igual. Era lo que iba a decirte ese día.

Pasan unos segundos en donde no dice nada, pero sus mejillas se tornan completamente rojas, más que la primera vez.

Al toser soy obligado a apartar la mirada e incorporarme, el dolor en el cuello vuelve provocando que suelte un quejido.

Ella se aproxima a mí al instante.

—¿Estas bien? — pregunta.

— Si, mientras no haya un café helado cerca o en mi chaqueta todo estará bien.

—Oh si, siento mucho lo del otro día, juro que iba a disculparme—dice demasiado rápido. —pero entonces apareció es

—Hey, tranquila—trato de que se detenga o se ahogara con su propia saliva, como habla—Está todo bien, no soy una persona rencorosa. — digo con gracia.

Me llevo la mano al pecho en señal de paz. Después de eso, pierdo la cantidad de tiempo que pasa, ella no aparta la mirada de mí ni yo de la de ella. Solo nos quedamos así, en silencio.

Cuando en un impulso levantó lentamente la mano hacia su rostro.

Cuando estoy a punto de tocarla la envuelvo en un puño ¿Qué estoy haciendo?

—Lo siento yo— meto las manos en mi pantalón, la vista la bajo, no sé qué me pasa.

He estado cerca de muchas chicas, pero nunca me había puesto de esta forma, desde que la tuve cerca la primera vez no pude sacarme su imagen de la cabeza. Es como si no pudiera olvidarla y lo que más me pregunto es ¿por qué? ¿Te puede gustar de tal manera una persona que solo has visto una vez en tu vida?

Pues mejor ni me lo pregunto, por qué es exactamente lo que me ha pasado a mí.

..

Holis, el capitulo es corto, el próximo es mas largo y ya lo tengo listo, en unas horas lo subo.

XOXO

XOXO

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En el más frío invierno (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora