Kalissa
Observo al chico frente a mí, y en como acerca lentamente su mano a mi rostro, de rojo veo su mano, tiene un fino tatuaje de dragón donde solo puedo ver la cabeza el resto se esconde bajo la chaqueta.
Me congelo al sentir su mano a punto de rozar mi piel, pero la aparta casi al instante y cierro los ojos ante la sensación que me recorre,
—Lo siento, yo —dice. Su voz algo ronca suena con algo de nerviosismo.
Trato de decir algo mientras baja la mirada y mete las manos en su pantalón, pero ¿Qué puedo decir?
Nos fundimos en un silencio que, aunque tiende a ser incómodo para mí no lo es
—¿Por qué lo sientes? — pregunto finalmente.
Parece pensarlo un momento cuando levanta la vista a ver a todos lados menos a mí ¿Por qué no me ve a los ojos?
—Por el gesto, no debí...—trata de decir—Bueno, uno no puede ir por la vida intentando tocar a las personas y más si son unos desconocidos— suelta de golpe.
Reprimo una sonrisa porque, aunque tenga toda la razón, en el fondo, me hubiese gustado que lo hiciera. En ese momento su mirada gris vuelve a cruzare con la diferente tonalidad de la mía.
—Muy bien ¿Cómo te llamas? — digo lo primero que se me viene a la cabeza ¡Que tonta ¡soy una desconocida y él es un desconocido para mí. En que estoy pensando.
—¿Qué? — pregunta extrañada.
—Tu nombre, ese que te ponen cuando naces. —suelto con sarcasmo.
Hace unas horas era doña no socializo y ahora trato de mantener una conversación fluida con un chico al que solo he visto una vez y no en las mejores circunstancias que digamos.
Claro, lo bañaste de Frappé.
Claro que no quería sonar grosera o que pensara que me estaba burlando de el , simplemente no se como llevar la conversación. Lo que si sabia, es que no quería dejar de hacerlo.
—Y... ¿para qué quieres saberlo?
—Para que ya no seamos desconocidos.
—Bien. En ese caso ¿Cuál es tu nombre? —dice.
—Kalissa mi nombre es Kalissa Adams.
Aunque fui la que pregunto su nombre primero no dude en decírselo cuando pregunto el mío.
—Kalissa —repite mi nombre en un susurro y en este momento lo único que necesito son lecciones de respiración. Las mejillas comienzan a arderme. —Único y primoroso Como tú.
Siento como los latidos de mi corazón se aceleran. Aprieto los labios. Desconozco la sensación que se apodera de mi cuerpo, me dedica la misma mirada que la primera vez, esta fascinado con mis ojos y pensar que otras personas los encuentran desagradables.
Es muy atractivo, tiene el cabello oscuro, es mucho mas alto que yo y ojeras bajo esos ojos grises
Si tan solo no llevara la mascarilla puesta.
Cuando estoy por hablar alguien se acerca atrás de mí.
—Se que dije que no tardaría, pero tenia mucho que hablar con mi querido padre. — dice Katia posicionándose a mi derecha.
Intercambia miradas entre el pelinegro y yo, luego junta las cejas.
—¿Interrumpo algo?
Dirijo mi mirada hacia ella, posa sus ojos en mi ¿Tengo cara de saber que decir?
—He
—Creo que tienes que irte—dice el chico que no me ha dicho su nombre. —Fue un gusto volver a verte Kalissa.
Me ofrece su mano y con las manos temblorosas le tiendo la mía entrelazándola con la suya, mis nervios están a punto de matarme.
—¿Eres interno? —pregunta Katia de pronto.
—Era, me iré mañana—contesta y no sé por qué mi pecho se comprime con su respuesta.
—Y qué haces?
La jalo del brazo antes de que pregunte una tontería. Me vuelvo hacia el.
—También fue un gusto volver a verte.
Es lo ultimo que digo antes de caminar hacia la salida con Katia de brazo. Se zafa cuando salimos del hospital para dirigirnos hacia su auto.
—Pero ¡Qué fue eso! — exclama. —¿De dónde conoces a ese chico? —pregunta.
A Katia no se le escapa nada en cuanto tratara de mentirse se daría cuenta de inmediato.
—Lo conocí hace una semana aquí mismo. —me observa como si quisiera entrar en lo mas profundo de mi ser —me acerque a su cuarto y puede que por accidente mi bebida terminara en su camisa y sobre mí. —agregue.
Por la cara que puso eso pudo a ver sonado en doble sentido.
—¿Qué cosa termino sobre?
—¡KATIA!
levanta las manos en señal de rendición y sube al asiento del piloto, repito su acción en el de copiloto.
—¿Te gusta? —pregunta de pronto.
—¿Por qué lo preguntas?
—Por la forma en que lo mirabas.
No sabia que decirle. Realmente no sabia si me gustaba o no ¿Te puede gustar una persona que solo has visto una vez?
Ya van dos.
Ajà.
—Me causa curiosidad. —digo sin mirarla a los ojos.
—Está bien.
Coloca las llaves y enciente el auto. Cuando arranca se detiene abruptamente haciendo que me sujete de la puerta y su asiento.
—Pero ¡Que te pasa!
No se toma la molestia de mirarme cuando abre la guantera para sacar una libreta y una pluma.
—¿Qué haces? —pregunto al no entender su acción.
—Me olvide de decirle algo a papá, le dejare una nota en la recepción.
—Esto no es un hotel.
—Privilegios de ser la hija del director.
Levanta la hoja que arranco para después escribir algo en ella, no logro ver lo que escribe por que sale muy rápido del auto de regreso a la entrada del hospital.
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Holis, no olviden Votar.
XOXO
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En el más frío invierno (Borrador)
RomansaUna enfermedad terminal acaba con la vida de Khal, el hermano menor de kalissa una bella chica de cabello rebelde y ojos de tonalidades distintas. Tres años son suficientes para dejar el pasado atrás y superar la muerte de su hermano, pero ¿que pasa...