Voz

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📌 short AU humanos.
📌Nina x Maggie
📌Nina alfa
📌Maggie omega

Sinopsis
༒࿐ཽ༵☆✿.。.:* ☆:**:.〄༒
Nina decide ir a beber en algún bar de un boulevard, encontrándose cautivada por la voz de la cantate de uno de esos bares. A partir de ese día comienza a ir, enamorada por la voz de Maggie, dueña de la voz que tanta le gusta a Nina.
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En un banco del parque a la sombra de un árbol florido se encontraba Nina, hacía poco que acababa de mudarse a la ciudad. Suspiraba melancólica pensando en qué le depararía el futuro, había dejado atrás muchas cosas que ya no le hacían ningún bien y se sentía orgullosa por haber salido de aquél hoyo emocional y deprimente en el que vivió.

Pensando en esto y aquello se encontraba, perdida en sus pensamientos sobre la cafetería que acaba de abrir, como era domingo se tomaría el día para refrescar su mente. Lo primero que hizo fue tomar un taxi directo al boulevard, caminando por las calles de este se encontró con música que salía de una especie de bar, se detuvo para escuchar la melodía y tras pensarlo un poco decidió bajar las escaleras que conducían al bar.

El bar era un poco oscuro, a penas unas luces tenues sobre las mesas, el escenario y la barra eran los más iluminados y aún así la luz seguía siendo opaca. Sentadas a la mesa habían algunas personas, todas atentas a la bonita voz de la criatura sobre el escenario.

Nina terminó de bajar las escaleras observando su alrededor, cuando fue golpeada por la voz cautivadora de la rubia sobre el escenario, una voz tierna que cantaba alguna canción que quizás ella ya había escuchado y ahora mismo no recordaba. Tomó asiento en una de las mesas de enmedio, deleitando sus oídos con aquella dulce voz.

Cuando Maggie terminó de cantar dio las gracias recibiendo aplausos y bajó del escenario, algunas personas le decían lo bonita que se veía aquél día, otros le preguntaban si podían pagarle un trago pero ella los rechazaba a todos con delicadeza. Se sentó a la barra pidiendo un Martini mientras tomaba su descanso, otro día de trabajo buscando algo de dinero para subsistir, ser una omega era difícil en esos tiempos.

Aún así había logrado varias cosas por si sola y no dependía de nadie más, tenía trabajo, una casa, obtenía dinero para comprar supresores y las personas del bar la trataban bien, la mayor parte del tiempo. Sentía que había un poco de respeto y decencia por parte de aquellos hacia su persona, no siempre fue tan bueno para ella, pero ahora podía ganar algo de dinero con lo que le gustaba hacer; cantar.

Un suspiro salió de la rubia mientras bebía, teniendo que rechazar nuevamente a un hombre atrevido que le ofrecía dinero por otro tipo se servicios, Maggie lo encaró, no sentía vergüenza alguna por aquello, no había nada de vergonzoso en defender su derecho y exigir un poco de respeto.

— Señor, ya le dije que no soy ese tipo de persona, yo sólo canto —repitió, girándose a la barra y pidiendo un vaso de agua.

— Ja, haciéndote la santa, eres una omega y todos ustedes son iguales, sólo quieren ser cogidos por un alfa.

— Eso es extremadamente ofensivo, los omegas no somos... ¿Sabe qué? Sí, tiene toda la razón, por eso su madre lo tuvo a usted, y lastimosamente por personas como usted sus parientes omegas son víctimas de violación —sonrió, haciendo al hombre desdibujar su sonrisa—. ¿Pero sabe qué? No voy a aceptarle un trago, ni mucho menos voy a salir con usted.

— Insolente, igual que todos los omegas —levantó su mano contra ella, deteniéndose en ese mismo instante en que Maggie le lanzó aquella agua que había pedido, haciendo enfurecer más al hombre—. Tú...

— Lárguese de mi vista, he tratado con tipos como tú antes —gruñó, haciendo al alfa sentirse intimidado—. No te tengo miedo.

El hombre molesto se fue refunfuñando, mientras desde su mesa Nina observaba todo aquello, había pensado en levantarse y ayudar pero aquella mujer lo tenía todo bajo control.  El barman le ofreció una sonrisa a modo de consuelo, entendía que la rubia sólo quería hacer lo que amaba y ya, pero muchas personas lo tomaban mal, por el simple hecho de ser una mujer omega trabajando en un bar.

La morena se levantó rumbo a la barra, se sentó dejando dos asientos de por medio entre ella y la otra, pidió el trago más fuerte dejando fija su vista en el vaso. Maggie le dio un vistazo discreto, no parecía agresiva y tampoco interesada en ella, así que no le dio importancia, hasta que habló.

— ¿Te molestan con mucha frecuencia?

— Oh, un poco, sólo algunos días —sonrió, ella era nueva allí, nunca la había visto antes.

— Me alegra que puedas llevar la situación bajo control, hay gente enfermiza por ahí —le brindó una media sonrisa, tomando un trago—. Eres fuerte, eso es genial.

— Vaya, gracias...

Maggie no había escuchado esas palabras desde hacía ya muchos años, algo que necesitaba oír aveces aunque fuese de parte de un extraño. Nina dijo lo que pensaba sin importarle mucho, se quedó allí sentada pidiendo uno que otro trago y al rato Maggie volvió al escenario, cautivando a las personas con sus canciones y su voz una vez más.

Desde que Nina descubrió aquél bar no dejaba de ir cada que tenía tiempo, se sentaba a una de las mesas que más cerca estuviese de la tamira, para deleitarse con la voz de aquella mujer, algo en ella la mantenía hipnotizada. Nunca hablaban demasiado, se dirigían una palabra o dos, pero cuando entablaban una conversación parecían llevarse bien.

Una de esas noches el bar cerró un poco más temprano, Nina tomó su chaqueta pagando en la barra, mientras las personas iban saliendo ella caminaba despacio y sin apuro detrás. Se quedó fuera del bar revisando unos mensajes, su hermano hablando sobre un nosequé de su sobrina, Nina había tomado varios tragos, claro que no iba a contestarle nada, mañana si acaso.

Del bar salió Maggie con su bolso al hombro, dispuesta a llegar a casa, aunque lo primer que vio fue a la mujer aquella que últimamente siempre iba. Le saludó, Nina levantó la vista del móvil devolviendo el saludo.

— Hey Maggie, me gustaron las canciones de hoy.

— Hola eh...

— Nina.

— Oh, que cosas, hemos hablado mucho pero no conocía tú nombre —rió por lo bajo—. Gracias, estuve mucho tiempo escogiendo que cantar.

— Sé tu nombre por el cartel en el bar —contestó, guardando el móvil.

— ¿Ya vas a casa? Es un poco tarde.

— Si, vivo lejos así que debo tomar un taxi —inclinó su cuerpo hacia la calle, buscando con la mirada algún taxi.

— Yo también, pero este es el único bar donde me dejan cantar sin importarles que sea omega —se encogió de hombros—. Oh, mira, ahí vienen dos taxis, yo tomaré uno, tú el otro, buena suerte llegando a casa.

Extendió la mano deteniendo a ambos taxis y subió a uno para irse, Nina le agradeció en silencio y subió al otro regresando a su casa, no paraba de pensar en la bonita voz de Maggie, aquella omega la había atrapado con su canto. Nina jamás le diría, pero seguía yendo cada tanto al bar para escucharla, aveces teniendo una charla trivial, otras despidiéndose a la salida.

Fue Maggie quién se lanzó y pidió la primera cita, luego de aquella vinieron muchas más, eventualmente comenzó un noviazgo, para con el tiempo volverse una relación fuerte. Nina entonces, le preguntaba a Maggie si podía cantar para ella, y esta accedía cantando para su novia, ya fuese al oído o sentada desde la mesa del comedor, quizás Nina siempre estuvo cautivada por la voz de aquella omega, y quizás cuando se casaron fue que Nina le confesó, que de la primera cosa de la que se había enamorado era de su voz, sorprendiéndose un poco al escuchar de Maggie que ya lo sabía, sólo estaba esperando a que un día se lo dijera.

Buenos días/tardes/noches, ¿cómo se encuentran?

Aquí el día 2 que debería haber sido ayer, pero ayer igual era el día tres, y hoy que es el cuatro subo el dos... Mucho enredo 🤣

Tarde pero seguro, no tenía ideas de que hacer en este día, pero supongo que no está tan mal.

Entonces Melopancitos, espero que se encuentren bien, y tengan bonito tiempo. Cuídense. 🦔

Omegacember/ Good Omens.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora