Norman Fucking Rockwell

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Estos días pensé en ti.

Ya no te extraño tanto.

No me gusta nadie, siento que la probabilidad de que suceda es nula.

Después de todo lo que ocurrió,

siento que jamás te conocí.

Como un juego mental, algo confuso.

No quiero terminar de escribir esto.

Porque me da algo de miedo que en realidad

cada día te suelto más

y a la vez, parece que no,

como si me aferrase a algo tan fugaz.

Ya no me pregunto qué estarás haciendo.

Siento que siguen existiendo palabras ocultas.

Aquí, dentro de mi corazón. Pero no las hallo.

¿No son los sentimientos opuestos?

No me atrevo a ver nada de lo que vi cuando hablé contigo.

Esos, después de todo eran tus propios gustos.

Me he dado cuenta de que sí, definitivamente no puedo borrarte.

Deseé hacerlo. Pero descubrí algo interesante,

y es que las personas y las experiencias no se borran.

Por más extrañas que sean, solo se aprenden a vivir con ellas,

porque ya forman parte de tu historia.

Y te hacen más fuerte si decides continuar.


Definitivamente el día había llegado. Ya se lo había recordado una vez, un corazón roto no impedía que la vida siguiese. El mundo iba a seguir girando y aunque su cuerpo no desease siquiera levantarse de la cama, se ponía sociable a veces. Como el día anterior, que salió a comer algo con Jaemin y a pasar la tarde en su casa viendo películas de Disney. O como ese domingo, donde Mark cumplió la promesa de visitarle, que había hecho una semana atrás.

Jisung había estado desaparecido a causa de sus finales en la universidad, dado a que apenas era navidad y aunque ella también tenía tareas por realizar, no perdía nada por divertirse un día. Mark había llegado justo a la hora indicada: las tres de la tarde. Nunca lo había visto tan tímido, pero incluso ella estaba nerviosa porque su madre estaba en casa. El único amigo que intercambiaba visitas con ella era Jaemin, pero después del pelirosa, su madre no sabía la existencia de otros. Y vaya que le ponía nerviosa, porque si le caía mal, era el fin. No quería ser tan rebelde. Menos esos días donde lo último que buscaba eran problemas.

Su madre siempre le pareció poco común que llevase hombres (solo Jaemin) a la casa en vez de amigas para hablar (según su estereotipo) de maquillaje o jugar con las muñecas. Desde su infancia más bien solía tener amigos con los cuales compartía los carritos de juguete. Los Hot Wheels eran más divertidos que las tranquilas barbies. O jugar con las canicas o tazos era más entretenido (para ese momento) que maquillarse. De igual forma, hacerse la diferente desde muy pequeña, le estaba costando caro.

¡Mamá, el auto! 🦴 Mark LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora