Polyamorous (Steve Rogers || Bucky Barnes)

Los días malos

Los días malos eran las noches en las que no era posible dormir cuando nunca se despertaban porque nunca se iban a dormir. Los días malos son aquellos en los que nunca hablan porque no podían abrir la boca sin que se les escapara un sollozo y se les derramaran lágrimas. Los días malos son aquellos días en los que no tenían ganas de moverse y los pasaban en la cama esperando que nadie los encontrara. Los días malos eran aquellos en los que el silencio era tan fuerte que lo creaba en las voces. Los días malos eran los días pesados, los días que te agobiaban tanto que literalmente tenías que arrastrarte para llegar a donde necesitabas ir.

Los días malos eran días que todos tenían sin previo aviso y cada uno necesitaba ser tratado de manera diferente para poder brindar atención a quienes la necesitaban.

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Cuando Bucky tenía un mal día, encontraba una manera de informar a los demás sin palabras.

Como hoy, Anne estaba en el baño preparándose para una ducha matutina y vio a Bucky entrar por el espejo del baño con la cabeza hacia abajo. "Buenos días bebé", dijo con una sonrisa amable. Él no dijo nada a cambio, sino que se acercó detrás de ella, le rodeó la cintura con el brazo y enterró la cabeza en su cuello. Podía sentir sus lágrimas deslizándose por su piel y sus brazos temblando a su alrededor.

"Vamos", dijo ella empujándolo suavemente hacia la bañera antes de deslizarse detrás de él.

Anne y Bucky se quedaron en el baño hasta que se enfrió. Luego, Steve entró y los ayudó a salir. Lo lleva a la cama y Anne se une a él, acerca su cabeza hacia su pecho y besa su frente. Steve los arropa a ambos. "Regresaré enseguida", dijo besando la frente de Bucky antes de salir de la habitación. Vuelve cinco minutos después y se mete en la cama con ellos. "He llamado a Tony, tenemos el día libre. No te preocupes por nada más".

"Lo siento" susurró Bucky y comenzó a sollozar en el pecho de Anne.

"Está bien, te tenemos", dijo Steve acercándolo y mimando la parte posterior de su cabeza con besos.

Pasó el resto del tiempo sollozando en su brazo hasta que se desmayó. Con suerte, mañana sería un día mejor.

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Cuando Steve tenía un mal día, se guardaba para sí mismo y no dejaba que nadie lo supiera. Tenías que enterarte de ello.

Steve se despertaba temprano, así que si no se sentía bien, los demás tardaban un tiempo en darse cuenta. Esta mañana se despertó temprano como siempre, pero esta vez le envió un mensaje a Sam para informarle que esta mañana correría solo y que podría dormir hasta tarde.

Al regresar está empapado en sudor 20 minutos más tarde de lo habitual; hoy había recorrido cinco millas más. Después de pasar por la cocina a buscar una botella de agua, se dirige a la sala de entrenamiento. Luego pasa las siguientes nueve horas seguidas golpeando el saco.

"¿Qué te hizo ese saco?" Preguntó Bucky poniendo una mano en el hombro de Steve para detenerlo. Respiraba con dificultad, estaba empapado de sudor y le dolían los brazos por trabajar sin parar durante tanto tiempo. "Tony se enfadará cuando descubra que has estado abusando del equipo del gimnasio otra vez".

"Él puede permitírselo" Steve se sienta en un banco y finalmente deja que su dolorido cuerpo se relaje, pero la tensión no desaparece de sus hombros.

"¿Quieres hablar de eso?"

"No"

"Entonces, ¿vas a seguir golpeando esos sacos? ¿Puedo aconsejarte algo más?"

"¿Qué tienes en mente, Buck?"

"Anne está preparando la cena y el postre, ven a comer algo y luego te damos un masaje. No tienes que decir nada, no tienes que hablar. Déjanos cuidarte." Steve no dice nada, sino que asiente y levantándose deja que Bucky se lo lleve.

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Cuando Anne tenía un mal día, lo sabías de inmediato. Era como si el simple hecho de despertar desencadenara sus días malos.

Comenzaba por las mañanas, normalmente como un sueño de malos recuerdos o una pesadilla. Ella se despertaba llorando, murmurando una y otra vez sobre diferentes cosas, los chicos la despertaban y la abrazaban hasta que se calmaba lo suficiente como para funcionar correctamente.

"Oye, está bien" susurró Bucky mientras frotaba círculos en su espalda. Ella estaba tranquila pero todavía sollozaba aquí y allá. La sostuvieron mientras ella se calmaba lentamente, logrando que su respiración fuera normal y dejando que su corazón dejara de tartamudear.

"¿Te gustaría hablar de ello?" Steve preguntó besando suavemente sus hombros y frotando sus caderas.

"Ella regresó y estaba enfadada conmigo. Yo fui una chica mala". Envolvió un brazo alrededor de Bucky y llevó la mano de Steve a su pecho, apretándolos a ambos desesperadamente y manteniéndolos cerca. "Ella me castigó".

"¿Cómo?" Bucky preguntó aunque no sabía si realmente quería saberlo.

"Ella me colgó de la muñeca como lo hacía usualmente y me golpeó como lo hacía... pero entonces... entonces entrasteis y ambos estabais tan enfadados y... Lo siento" comenzó a sollozar de nuevo.

"No tienes nada que lamentar, cariño"

La retuvieron hasta que volvió a quedarse dormida. Todos continuarían trabajando, los chicos almorzarían con ella y se asegurarían de que estuviera bien, o al menos lo suficientemente bien como para continuar con el día. Bruce y sus otros compañeros de trabajo notaron su mal humor, pero esperaron que fuera solo por hoy o nada serio.

Anne suspiró mientras entraba a su apartamento desplomándose en el sofá que dejó allí por un momento antes de que todo se acumulara y se desbordara. Se tapó los ojos con el brazo mientras sus lágrimas comenzaban a derramarse y finalmente se liberaron después de haber estado retenidas durante tanto tiempo. Se muerde el labio tratando de contener los sollozos, se acurrucó sobre sí misma y se tapó la boca mientras cerraba los ojos.

Saltó cuando sintió una mano en su brazo y miró por encima del hombro para ver a Bucky. "Ven aquí muñeca", dijo sentándose y acercándola a su regazo, acunándola, le susurró cosas dulces al oído y besó su frente. La dejó llorar en su pecho. Para cuando se calmó, Steve entró. No dijo nada mientras se sentaba en el sofá y sacaba a Anne del regazo de Bucky hacia el suyo. Levantándose, la llevó al estilo nupcial al dormitorio donde la arropó y la abrazó.

"Lo siento", sollozó mientras Steve secaba algunas lágrimas perdidas.

"No tienes nada que lamentar. Es sólo un mal día. Esperemos que mañana sea mejor"

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