5: Reencuentro

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—¡¡¡Á̸͇̙͚̙̹̤̮̩̪̫̕L̶̖̎̋̿̃̽͒Ḛ̵̛̮̬̠̭̅̈́̕͝ͅJ̶͚͚̝͊̀̋̾͜Á̷̰͚͔̯̊̿̈̏͘T̷̰̥̅̂͌̎͊̄͝͠Ẽ̶͉͔͉̜͈͉̯̳̰̹͊̋̂͘ !!!—dijo Xie Lian a quién reconoció que estaba encerrado con él.

Durante más tiempo del que podría saber, Xie Lian siguió vagando por el territorio del monte Tonglu, muchas veces otros fantasmas se lanzaban a atacarlo, reconociendo que él era poderoso e intentando matarlo. Pero nunca lo consiguieron, todo este tiempo, Xie Lian adquirió más poder del que ya poseía cuando era un dios, además de que gracias a sus habilidades marciales era completamente insuperable.

—O te alejas…de mí…y te vas…de éste sitio…O te…asesino y te…arranco los ojos —dijo sonriendo al fantasma.

—¿Su Alteza? —preguntó éste después de haber estado callado desde que llegó.

Una parte dentro de Xie Lian se ablandó, le pareció que…reconoció aquella voz. Con cautela, utilizando su bastón, avanzó hacia el fantasma, el tiempo que llevaba siendo ciego lo había acostumbrado a utilizar el bastón, ya no era torpe, ya era capaz de manejarse por su cuenta.
Estiró el brazo en cuánto llegó al otro fantasma, se retiró su corona de flores de los ojos para mostrar su aterradora apariencia de un hombre con flores sangrientas en los ojos y cubrió un poco la boca del otro, haciendo un arco con su palma, y, por alguna razón, el otro fantasma no realizó ningún movimiento.

—Habla.

—Su Alteza —volvió a decir, su voz se escuchó diferente debido a ser tapada. Y eso fue suficiente para Xie Lian.

—Wu…Ming —volvió a decir Xie Lian y se lanzó a los brazos del joven.

Wu Ming se quedó estupefacto. No esperaba nada de esto ¡Este no era el reencuentro que esperaba! Tenía cientos de preguntas, pero además de éstas lo invadía un fuerte odio, su persona especial había muerto, estaba en el monte Tonglu y también se encontraba ciego y con problemas del habla.
No habían dudas en él de que había sido por el enmascarado que previamente hizo que lo apuñalaran cien veces.

Las flores de las cuencas de los ojos de Xie Lian cayeron, se alejó un poco de Wu Ming, cerrando los párpados (por alguna razón le había entrado un gran miedo de que lo viera así), en ese instante tocó con sus manos todo el rostro del otro fantasma, con delicadeza, queriendo imaginar cómo era el rostro debajo de aquella máscara blanca sonriente. Sus dedos temblaron en cuánto sintió un parche en uno de los ojos, con cuidado lo retiró y palpó el ojo y… Oh mierda.

Si aún tuviera ojos, se podría decir que los abrió como platos, pero lo único que hizo fue asustarse y retirarse al instante. Un pensamiento horrible cruzó por su mente, la sensación de que era su culpa que el otro fantasma, al que tanto atesoraba, tenía únicamente un ojo. Llevaba tanto tiempo arrancando los de otros, que la culpa de que alguien sea ciego se la atribuía directamente a Xie Lian, tanto por él mismo, cómo por los demás.

—Yo…… Lo lamento…tanto…En serio…lo lamento…No quería…… No quería… Lo lamento…es mi culpa —murmuró sujetando su cabeza.

—No, Su Alteza —Wu Ming le sujetó de las manos por el pánico —, perdí mi ojo forjando un arma —llevó la mano de Xie Lian a su cintura para que tocara su cimitarra maldita —¿Lo siente?

Apenas sintió el frío del metal su alma se relajó. De verdad había un arma ahí, incluso pudo sentir la parte donde ahora se encontraba el ojo del fantasma. Volvió a mover sus manos para sujetar el rostro de Wu Ming y con ternura sonrió.

—Lo siento —dijo revelando la sonrisa más cálida y sincera desde que entró a aquel lugar —Ahora que…lo pienso…¿Cuánto tiempo?… ¿Llevamos sin?… ¿Vernos? —preguntó.

Dιϝҽɾҽɳƚҽ Y DσʅιԃσDonde viven las historias. Descúbrelo ahora