Te Necesito || Itadori x Tú

XII

2 horas antes de la muerte de Gojo Satoru.

La pelea se estaba tornando cada vez más complicada, y yo solo quería ir al baño. Bajo la promesa de Itadori de que me contaría todo con lujo y detalle apenas volviera, salí disparada hasta los sanitarios.

Caminé por un pasillo largo, doblé a la derecha y entré. Lo conocía de memoria desde que habíamos llegado a ese lugar, no demoré más dos minutos y al salir me topé con un grupo sentado en las escaleras que conducían a la terraza. 

Entre ellos estaban Ángel, Yuta, Hakari y Kusakabe, decidí acercarme solo un poco para escuchar de que hablaban, si me veían me importaba poco, tendrían que decirme que estaban tramando.

—Antes de que termine el enfrentamiento de Gojo Satoru y el caído, debemos hacerle un ataque sorpresa a Kenjaku.

¿Qué?

—Si Kenjaku logra su objetivo de asimilar a la población de Japón con Tengen, poco importará que Gojo derrote al caído.

En cierto punto tenía razón, no podía creer que estuviera de acuerdo con Ángel.

—A juzgar por las reglas que agregó Kenjaku, podríamos decir que la condición para ponerle fin al juego del sacrificio y comenzar la asimilación, sería la de eliminar a todos los jugadores, ¿no? —preguntó Hakari.

—Entonces, no tenemos de que preocuparnos —dijo Yuta—. Hakari-senpai y yo también somos jugadores del juego de sacrificio, por lo que no hay manera de que el objetivo de Kenjaku se cumpla mientras nosotros estemos luchando contra Sukuna. 

—Creo que olvidaste mencionar a alguien —hablé saliendo de la esquina donde me encontraba—. Yo también soy una jugadora y creo que esto se debe hablar entre todos —dije enfatizando ya que no me gustaban las reuniones en secreto. 

 Y menos me gustaba ocultarle cosas a Yuji, estábamos en un momento crítico y debíamos apoyarnos entre todos.

—¿Y qué pasa si Gojo pierde, y es Kenjaku el que nos tiende un ataque sorpresa? —preguntó Yuta al grupo, pero solo me miró a mí.

Ignoré su mirada y Hakari contestó por mí.

—Bueno, no me gustaría que eso pasara mientras tenemos las manos ocupadas con Sukuna.

—Incluso si Kenjaku no nos ataca por sorpresa, si Gojo perdiera su batalla, y después nosotros lográramos derrotar al caído, deberíamos enfrentarnos a Kenjaku malheridos.

—Por eso es que tenemos el plan de respaldo —dije recordándoles que estaba Kashimo como segunda opción para luchar contra Sukuna, pero realmente rogaba que no llegáramos a ese punto.

—¿Quieres decir que existe la posibilidad de que nos hagan lo mismo que estamos tratando de hacerle a Sukuna?

—Si se trata de hacerle un ataque sorpresa solo necesitamos enviar un peón. La perfecta para esto es Zenin —dijo Kusakabe—. No tiene sentido que dividamos nuestras fuerzas antes de la batalla contra Sukuna. Y no podemos enviar a cualquiera, muchos menos si no tiene instinto asesino. Incluso los de primer grado quedamos algo inútiles antes esta situación.

—Algo me dice que tú no quieres participar —me estaba percatando de la presencia de Mei Mei y sonreí por su comentario, a lo que Hakari se enojó—. Yo soy capaz de huir si las cosas se ponen mal como la última vez, así que estoy fuera de discusión.

—Ni se te ocurra postularte —dijo Yuta con una clara intención hacia mi persona—. Te necesitamos viva.

¿De que serviría?, pensé. Tarde o temprano iba a morir ya sea contra Sukuna o Kenjaku, en estos momentos lo único que se puede hacer es luchar sin importar el resultado.