Cap. 12

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Viernes, el mejor día de la semana a mi parecer, ya que era el previo a mis muy merecidos días de descanso.

Me encontraba yendo camino al instituto con tranquilidad, por primera vez en mi vida llegaría temprano a algo y sentía como si todos los problemas de mi vida estuviesen resueltos, normal, después de la semana de mierda que había tenido raro era que continuase manteniendo la cordura.

Llegué a clase bastante animado, tenía el presentimiento de que hoy iba a ser un buen día. Las clases pasaron cómo de costumbre, aunque he de decir que no había atendido una mierda, estaba demasiado concentrado en la conversación que teníamos someoka y yo pendiente.

A la hora del recreo salí disparado, vale, estaba tranquilo, pero eso no quiere decir que me gustase estar en clase y menos con algo más interesante afuera. Vi a Endou bajando las escaleras, le saludé animado, pero este solo volteó y se metió al baño, era extraño, Endou nunca actuaba así, ¿qué le pasaba? Salí del instituto y me dirigí a la mesa en donde estaban los del equipo de fútbol, al llegar algunos me miraban raro.

-¿Qué pasa?- pregunté confundido, entonces Someoka me agarró del brazo y me alejó de todos. -Someoka tío, ¿qué te pasa?-

-Kazemaru, perdóname, creo que la he cagado- dijo este arrepentido

-¿Pero qué has hecho?- esto me estaba ya asustando, si Someoka estaba nervioso a mí se me iba a caer el pelo

-Es que estaba hablando con Endou, y sin querer se me ha escapado que a ti te gusta, y se ha ido corriendo y ahora no le habla a nadie- no, joder no, ¿puedo ser más desgraciado? Un día a la semana en el que voy calmado, y no, el universo está decidido a hacerme comer mierda.

Me quedé observando al suelo en silencio, empanado, y es que ya no era solo que Endou lo sabía, era que aparte de su rechazo se ha cabreado tanto que no habla a ninguno del equipo, esto no es normal, mierda, yo no quería esto y ahora siento unas ganas terribles de llorar.

-Kazemaru... estás ¿bien?- preguntó Someoka al ver que no respondía.

-Es culpa mía, quise hacerme el valiente y ahora Endou está ignorando a todo el mundo- dije con ganas de enterrarme en un agujero y desaparecer

-No digas eso, primero que nada he sido yo el gilipollas que no ha sabido controlar mi bocaza, y segundo, aunque a Endou no le gustases, él nunca reaccionaría de esta manera... no sé qué ha podido pasarle- trató de consolarme Someoka

Durante el resto de las clases pensé únicamente es eso, era cierto que Endou no parecía el tipo de persona que se cabrearía por algo así, y aunque lo hiciese dudo que lo gestionase de esa manera, él era algo infantil, pero no ignoraría a sus amigos por eso. 

Aunque lo raro fue lo que pasó después de clase, había entrenamiento cómo todos los viernes, y Endou, evidentemente asistió, pero estaba raro, como distraído, no fue hasta que le dieron un balonazo que el entrenador no lo mandó a casa, y este sin rechistar recogió las cosas y se fue.

El equipo estaba preocupado y con la cabeza en las nubes, la siguiente semana tendríamos otro partido importante para el club y lo llevábamos cada vez peor.

Después del entrenamiento volví directamente a casa, me quedé un rato tumbado en la cama pensativo, tal vez Endou estaba enfadado por otra cosa, con otra persona o le había pasado algo y necesitaba tiempo, así que decidí mandarle un mensaje.

"Hola Endou, hoy te he notado un poco decaído y me preguntaba si estabas bien, no tienes que contármelo, pero que sepas que estoy aquí si quieres hablar"

Releí el mensaje, un poco formal, pero lo envié de todos modos. Una hora había pasado, dos, y sin respuesta, aquí ya me estaba empezando a estresar, Endou suele contestar inmediatamente, como máximo tarda media hora, ya está, se había cabreado, se sentía incómodo y no quería saber de mí. Joder, si lo se digo nada, ¿por qué me tenía que gustar él?, ¿por qué los chicos me habían dado ilusiones?... ¿Por qué no me quería como yo a él?, al menos podría habermelo dicho directamente antes de alejarse.

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Ya era sábado, menos mal, no quería volver al instituto y ver cómo era ignorado, que sí, que solo había sido una vez y no necesariamente por mí... ¿Pero y si sí?, mucho negativismo, lo sé, pero no puedo evitar sentirme miserable por ser rechazado de esta forma, creo que mi tristeza la tengo más que justificada.

El día fue pasando, al final no había hecho mucho, no me apetecía nada más que estar tumbado en la cama. De repente me llegó un mensaje y al ver el nombre en la pantalla me sorprendí, era Endou, "Estoy en la torre de metal, ven lo antes posible, por favor".

Qué formal, vale, esto huele a rechazo directo, igual así duele menos, aunque aún me quedaba un poco de esperanza de no tener nada que ver. De igual manera me vestí rápidamente y salí de casa casi corriendo, con el pulso a mil y nervioso como nunca antes.

Llegué en unos pocos minutos, Endou estaba sentado en un banco mirando al suelo serio, nunca lo había visto así de serio, al verme alzó la vista sorprendido.

-No esperaba que llegases tan pronto- dijo casi en un susurro, a lo que yo asentí incómodo, me había quedado sin palabras por los nervios y no sabía qué contestar. Endou respiró hondo y luego siguió -Kazemaru quiero decirte algo y necesito que me escuches bien porque es importante- asentí de nuevo, asombrado por su seriedad -Prométeme que no me interrumpirás-

-Lo prometo- dije tragando duro, esta conversación me daba mucho miedo.

-Desde el día que te conocí me diste muy buenas vibras, eras muy amable, así que no me costó hacerme amigo tuyo, tú me has apoyado en todo y te estoy muy agradecido por ello, incluso dejaste el club de atletismo para ayudarme con el futbol, y eso realmente te lo agradezco mucho- a decir esto Endou sonrió ligeramente y yo no pude evitar hacer lo mismo. -Cuando Gouenji jugó por primera vez con nosotros, vi como os mirabais, se notaba que te atraía y terminé de confirmar la teoría en la fiesta... no te preocupes, no te estoy juzgando, sé que te dejaste llevar al ser tu primera vez con el alcohol y que estás arrepentido, pero yo no pude evitar sentirme celoso...-

Esto sí que no me lo esperaba, miré a Endou con sorpresa, él ¿celoso?, esta conversación iba tan bien para mis ilusiones que casi me asusta el final, no, de hecho sí, me asusta y mucho.

-Al pasar más tiempo contigo te empezaste a volver una persona muy querida, ya no puedo imaginar un entrenamiento en el que no estés, o volver solo de nuevo... Cuando Someoka me dijo que yo te gustaba, me quedé en shock, no porque me disgustase la idea, sino porque yo realmente no podía creer que tú sintieses lo mismo por mí- mi cara se tornó roja como un tomate, de nuevo no me lo esperaba, era tan directo y a la vez tan sutil que me dejó sin palabras, alegría, eso era todo lo que sentía. -después de eso me puse muy nervioso y necesitaba tiempo para pensar, sé que ignorarte, no estuvo bien, te pido perdón, pero necesitaba estar preparado para decirte como me sentía a la cara-

-Yo... no sé qué responder, supongo que es normal, que necesites tiempo, eso lo entiendo, bien sabes que yo mismo he pasado por eso...- Sonreí, como un idiota, es que no podía ocultar lo feliz que estaba en ese momento, incluso mis palabras salían raras por los nervios.

Entonces Endou me abrazó, rodeó mi cuerpo con sus brazos y me volví a inundar de su aroma, de su calidez y yo no dudé ni un segundo en devolverle el abrazo.

-Kazemaru, por favor, sal conmigo- Eso me tomó completamente por sorpresa, me quedé callado unos segundos, menos mal que estábamos abrazados y no podía ver mi cara que estaba más roja que nunca, tras unos segundos asentí, quería gritar que sí, que me encantaría salir con él, pero no me salían las palabras, estaba totalmente agilipollado. Entonces él acarició mi rostro y me besó suavemente, tan solo un delicado roce de labios que me provocó un tsunami de sensaciones, él me miró y sonrió con una de sus típicas sonrisas, definitivamente no puedo estar más enamorado de él.

DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora