Darkness

cap. 1

Me desperté con el estruendo que mi hermana pequeña Emiko de 12 años de edad.

-Kazemaru levanta! Es hora de cenar, mama nos está esperando- dijo la pequeña.

-Tampoco hacía falta despertarme con tal estruendo -dije algo molesto- olvídalo, dile a mama que ya voy-

-Date prisa hermanito, mama dice que quiere hablar con nosotros de algo importante- dijo Emiko para luego irse.

¡Esas palabras no me alegraban en absoluto, ya que la última vez que nos llamó a los dos con tanta seriedad terminamos en un pueblo perdido de este estúpido país, y de eso hace ya tres años! ¡TRES MALDITOS AÑOS! Bueno, supongo que no sabréis de qué estoy hablando, así que os contaré la historia para que lo entendáis.

[Flashback]

Mi madre trabajaba en una empresa grande de turismo, por lo que se pasa la mayoría de tiempo viajando. Un día, cuando volvió de uno de sus viajes de negocios, abrió la puerta con una cara seria, y con una voz nada amigable le dijo a nuestro padre que tenían que hablar.

Al parecer se había encontrado con una tal Clara, antigua compañera de trabajo que estuvo en la misma empresa que ella. Según lo que escuchamos decidieron ir a tomar algo y su amiga le dijo que tenía un nuevo novio en una ciudad cercana, y al enseñarle una foto mamá se dio cuenta de que era una nuestro padre.

Mama se quedó impactada, casi sin poder decir palabra. Tardó unos pocos minutos en asimilar lo que estaba pasando. Luego de un silencio incómodo, Clara le preguntó a mama si había algún problema, a lo que mama, tras pensarlo un poco, decidió contarle que ese hombre era su marido. Ambas se quedaron calladas y decidieron que dejarían a ese hombre por haberlas engañado a las dos.

Hubo silencio durante unos instantes, hasta que papá lo rompió diciendo:

-La verdad es que sabía que no podría mantenerlo siempre en secreto.- dijo con una pequeña sonrisa ladina, y continuó diciendo - Seijun, hace tiempo que no siento nada por ti. Pero no quería decírtelo por una razón, eres una persona muy importante para mí y no quería hacerte daño, porque sabía que tú me seguías amando. Quiero que sepas que quise decírtelo desde hace tiempo, pero en el momento en el que conseguí reunir el valor suficiente para hablar contigo, antes de poder decirte nada acerca de esto, me dijiste que estabas esperando a nuestro segundo bebé. Creí que dejarte sola con un hijo y otro en camino sería cruel. Aunque para ese momento yo ya estaba enamorado de otra mujer, sé eso justifica el haber fallado a mi familia -En ese momento, a mi padre le cayó una lágrima de arrepentimiento -supongo que ahora me odiáis, y es normal teniendo en cuenta mis acciones, pero quiero que sepas que te quiero, aunque no de la forma que tú querrías. Si quieres irte no te frenaré, no tengo derecho a hacerlo, y os mandaré dinero para que puedas cuidar de los niños sin problemas- dijo esto último y se levantó de la silla -he sido muy feliz a tu lado y al lado de los niños. Os deseo que seáis felices y que encuentres a alguien que te merezca más que yo- acto seguido cogió las llaves de casa y una mochila que utilizaba para salir y tras recoger unas pocas de sus pertenencias salió de la casa haciendo gesto de despedida.

Mama estaba en shock, no le salían las palabras, solo lágrimas que corrían como un río a punto de desbocarse. La verdad es que tanto mi hermana como yo estábamos muy preocupados, ya que nunca habíamos visto a mamá de esa manera. Su rostro solo reflejaba dolor y tristeza, y no la culpo, lo de papa nos pilló a todos por sorpresa, él siempre había sido un hombre honrado, y que hacía todo por su familia, fiel hasta el final... O eso parecía...

Entendí que mama necesitaba tiempo a solas, así que le hice una señal a Emiko para que me acompañara y nos fuimos cada uno a su habitación.
Al llegar a la mía empecé a llorar, no podía creer que mi padre nos hubiese hecho eso, a nosotros. Se supone que éramos una familia y él había metido la pata a lo grande por querer hacer felices a todos. Si tan solo se hubiera ido antes... No hubiera causado tanto dolor. Definitivamente, es un completo idiota. Seguí torturándome con todos esos pensamientos hasta que por fin caí dormido.