Sofi narra
Después de la carrera de Hungría, mamá regresó a casa, viajamos a la montaña una semana para después ir a México, mis tíos nos esperaban en Guadalajara. Mientras volábamos hacia Guadalajara, pensé en las mil maneras que este viaje podía ser insufrible, papá no estaba aquí, Sergio estaría ahí junto con Carola sus dos hijos y la nueva adición de la familia, el pequeño Emilio. No es que tenga algo en contra de ella o de sus bellísimos hijos, esos niños son un amor, es Sergio quien me pone los pelos de punta.
Llegamos a Guadalajara y mi tío nos recibió en el aeropuerto, después de un corto camino en auto llegamos a la finca. Mi tía salió a recibirnos y detrás de ella salió Sergio junto con su familia.
—Mi nena hermosa, que gusto verte, estás preciosa—
—Hola tía, que gusto verte—
Después de saludar a mi tía me topé con Sergio y lo saludé
—Bicho, que gusto verte—
Carola se acercó a saludarme también
—Sofi, que bueno verte después de mucho—
—Lo mismo digo, felicidades por Emilio— dije mientras miraba al bebé en los brazos de Carola
—Muchas gracias, ¿Quieres cargarlo?—
—Claro— dije mientras tomaba a Emilio entre brazos, era muy pequeño y muy bonito, lo regresé con su mamá y procedí a saludar a los otros pequeños, realmente no nos conocemos mucho pero, sí nos queremos. Después de unos abrazos, levante la mirada y vi a Max escondido atrás de la puerta
—¿Max?—
—Sí, Max quería conocer Guadalajara y aprovechamos el descanso para que viniera— dijo Sergio mientras Max se acercaba
—No los pude presentar debidamente en el elevador así que, Sofi él es Max, Max ella es Sofi—
—Mucho gusto Max— dije mientras lo saludaba con un beso en la mejilla
—Mucho gusto Sofi—
Después de saludarlo subí las maletas a mi cuarto, Sergio y mi tío ayudaron a mi mamá, y Max fue quien se acercó a ayudarme, cargó mis maletas y fuimos hasta mi cuarto. Abrí la puerta y entramos
—Que bonito cuarto—
—Gracias, tiene años que no vengo, creo que ya necesita una remodelación, no crees—
—Puede ser, no soy experto en interiores pero, si necesitas ayuda no dudes en decirme—
—Jajajajaja, lo haré—
—¿Aquí están bien?—
—Sí, muchas gracias Max, enseguida nos vemos—
—Claro— dijo Max mientras salía de mi habitación y cerraba la puerta
Me senté en la cama y contemplé mi cuarto por un momento, después comencé a desempacar, me lave la cara y me puse algo más decente. Baje a cenar y lo que creí sería un martirio realmente fue bueno, me senté junto a Max, platicamos mucho, tanto con los demás así como solo entre nosotros, compartimos el postre y después nos fuimos a dormir.
Salí de bañarme, me puse la pijama y comencé a pasear por mi cuarto, vi todo lo que había dejado ahí desde la última vez. Mi libro favorito, una vela que huele delicioso y mi crema de manos; del otro lado unos aretes que me regaló mi tío y una foto con mis tíos, de mis fotos favoritas. Me levanté y analicé mis cuadros, mi cuarto pedía a gritos una remodelación, después de eso encontré mis fotos en el buró más grande, fotos con mis papás, mis tíos, mis amigos y la que fue en su momento mi foto favorita, una foto de Sergio y mía, se veía el brillo de mis ojos al verlo, siempre fue así, él siempre fue mi estrella, y yo brillaba al verlo. Puse la foto en su lugar y me fui a dormir; no pude, vueltas y vueltas en la cama, decidí salir al cuarto de mi mamá, tal vez ella tenía jetlag también, cuando salí vi una sombra parada en la esquina del pasillo, por un momento me asusté pero, al acercarme más me di cuenta que era Max llenando su jarra de agua
—¿Jetlag?— dijo mientras terminaba de llenar su jarra
—Desgraciadamente sí, mañana no podré levantarme temprano—
—¿Por qué quieres despertar temprano?—
—Mis tíos quieren que vayamos a la empresa—
—¿Y vas a ir?—
—No creo— Max hizo un movimiento con la cabeza y se acercó hacia mí
—No pasa nada si no vas, ellos te adoran y harían lo que sea por ti—
—Lo sé—
—Mimada—
—Creído—
—¿Perdona?, claro que soy creído, soy campeón del mundo—
—Jajajajaja, era una broma—
—Lo sé—
—Voy a intentar dormir—
—Yo también, nos vemos mañana—
—Descansa—
Cerré la puerta y me acosté, sin pensarlo dos veces pude dormir, y me desperté a las 11, ya era muy tarde, mis tíos y mi mamá ya no estaban en la finca. Me bañé y me vestí rápidamente, mientras me puse mi joyería me di cuenta de que mi perfume favorito estaba intacto, lo abrí y me puse bastante, olía delicioso a vainilla. Después me mire al espejo un largo rato para decidirme al final por cabello suelto. Salí de mi habitación y fui al comedor, el desayuno estaba puesto para dos personas, en cuanto me senté vi a Max entrar al comedor
—Se fueron—
—Me dejaron pero, no los culpo, me tarde un poco en despertar—
Max se rió y se sirvió café. Platicamos un buen rato, le conté un poco sobre mí, él me contó sobre él y mientras reíamos fuimos interrumpidos
—Buenos días—
—Buenos días Checo— dijo Max
—Hola— dije yo de manera muy cortante
—¿Todavía tienen jetlag?—
—Un poco— dijimos Max y yo al mismo tiempo, nos miramos y rompimos en risa
—Sofi, deberías llevar a Max a tus compras— dijo Carola mientras entraba al comedor
—¿Qué compras?— dijo Sergio en un tono molesto
—Sofi me dijo anoche que quiere redecorar su cuarto, Max quiere conocer Guadalajara. Qué mejor que la acompañe y le de un tour—
—¿Mi mamá sabe sobre la redecoración?—
—Sí, ella le dijo que lo hiciera hoy, para que duerma en un cuarto que le guste mientras está aquí—
—Carola, es una gran idea. Max, ¿Quieres acompañarme?—
—Claro—
—Excelente—
Terminamos de desayunar, nos lavamos los dientes, tomé las llaves del auto de mi papá y nos fuimos en busca de cosas para redecorar mi habitación.
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Mi nueva estrella, el campeón
FanficSofía es una chica que le fascina la Fórmula 1 y el ballet. Sus padres son padrinos de Checo Pérez y ella ha vivido enamorada toda su vida de él, jamás pensó que lo podría sacar de su cabeza hasta que conoce al compañero de Checo, Max. Sofía quiere...