Nene

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—Bien, niños de mami. Ahora es mi turno.

Dije al espejo tras recibir una llamada del sujeto que no paraba de quejarse sobre cómo era de difícil contactar con Pico; ese tipo me pidió que estuviese ahí con Darnell y PREFERIBLEMENTE con el otro tarado ya mencionado, pero Pico no contestó a mi llamada y no iba a insistirle a un cualquiera de su nivel a que me atienda, así que estaría únicamente con el pirómano a las 9 de la noche en un callejón totalmente oscuro porque un desconocido con voz de hombre maduro nos lo pidió. ¿Qué tiene de raro? Sé que a cualquiera la simple idea de que podría aparecer en cualquier momento en miles de trocitos dentro de una bolsa negra le pondría los nervios de punta, pero el imaginarlo realmente no era algo que pudiese alertarme; de alguna forma la calma llegaba y, en el pensamiento más fantasioso, me hacía cosquillear en zonas que ni siquiera Jordan Katalano pudo alguna vez.

—¡Hija, voy a casa de la abuela! ¡No olvides tu crema para el herp-!—Dijo mi madre escaleras abajo, para yo interrumpir antes de que acabase. No pregunté con respecto a eso último.

—¡QUE YO NO TENGO ESO, MAMÁ!. —Le grité con molestia desde mi habitación.— ¡Suerte, te quiero!

¿Bien? ¿En qué estaba? Ah sí.

— ¡DARNELL! ¡Te quiero en la esquina de mi casa a las ocho en punto!── Dije tras marcar su número en mi intercambio de palabras con mi madre. — ¡Y si te acercas de más TE REVIENTO!

—Vale.— Dijo sin más con su voz grave para entonces colgar.

Ese tipejo será muchas cosas, pero realmente era eficiente cuando quería.

Aún quedaba mucho tiempo, y quién dice mucho tiempo dice dos horas; dos horas más que suficientes para afilar hojas y leer versículos en la comodidad de mi habitación... Tal vez debería remodelarla, la foca de mi pared lo pide a gritos, pero eso significaría que mi mamá entraría y ya he tenido una buena racha de 9 años de privacidad sin quebrar, y ella jamás me dejaría pintar sola esto, no desde el incidente con las latas.

¿Qué tanta palabrería? Si el tiempo pasaba tan rápido que la hora había llegado, y aunque el llegar tarde era algo que solo me importaba si me lo hacían a mí realmente el interés era algo que me manejaba bien. Así que, con teléfono en mano para advertirle a mi madre que no me esperase despierta salí de mi casa no sin antes pasarle llave a las dichosas tres cerraduras de la puerta; aún no logro como explicarle a mi madre que no era necesario, que el ''pequeño ladrón'' que se había metido había sido Pico, y me sorprende que no lo reconozca por su tan baja altura cuando es lo que más repite la veces en las que recuerda el suceso. Pero en fin, me dirigí a la cuadra y no era sorpresa encontrarme a Darnell entreteniéndose con su encendedor.

—Tardaste 15 minutos.—Dijo no apartando su vista de la llama.

—Necesitaba maquillarme.—Empecé a caminar derecho al punto de reunión pues él sabía que tenía que seguirme de igual forma sin que yo le dijese.

—Y como siempre, no se te nota nada.

— Gracias, eso es un halago.

— ... Y por tanto te ves tan horrible como siempre.—Dijo intentando ser mezquino con sus palabras, fallando nuevamente en el intento.

—Viniendo de ti escuchar eso es un alivio.

—¿A donde se supone que vamos?—Preguntó mientras posaba su mirar de reojo en mi, pero al caminar mantenía la cara recta; siempre lo hacía de esa forma, la única vez que no lo hizo, chocó contra un poste casi rompiéndose la nariz. Recordar eso me hacía reír un poco.

—Golden Shot.

—...¿Me llamaste para ir a un bar? ¡Vivo en el puto centro de la ciud-

—Vamos ATRÁS de un bar. Y vamos porque nos llamaron para eso.

LIKE A BULLET THROUGH MY MIND (PicoxT/n) [FnF]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora