IV. "Bienvenida a la tripulación Sombrero de Paja"

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Ver su hogar desvanecerse frente a sus ojos inevitablemente la hizo desbordar unas desconsoladas lágrimas. La tripulación se encontraba insonora, respetando el dolor de la chica.

Pasados unos minutos y al ser envueltos por la oscura noche, el paso del barco era lento. Las lágrimas de Umiko se secaban con el viento, y esta disfrutaba del silencio montada en uno de los mástiles. Quería estar sola para pensar, mientras había una reunión en el comedor central.

–No confío en ella –Decía en voz baja la pelinaranja a sus compañeros –Algo en ella me da mala espina.
–Pudiste decir algo antes de rescatarla e invitarla a la tripulación –contestó Usopp con cierto tono de burla, acostado en la hamaca del costado del cuarto
–Yo no la invité –Miró mal a Luffy –La próxima vez que quieras invitar a una bruja destruye mentes a la tripulación podrías tomarte la molestia de preguntarnos
–Oye no invito a cualquiera –mantenía su caracteristico ánimo, como si todo estuviera bien –Nunca me equivoco con las personas que elijo
–Conmigo lo hiciste... Al principio –la chica balbuceó con vergüenza
–¿Lo hice? –la miró entrecerrando los ojos aún con su sonrisa pintada
–Yo estoy con Luffy. Es inofensiva –defendió Sanji, sin dejar de cortar vegetales, estaba preparando la cena.
–Oh claro, Don Juan y el tonto la defienden, de seguro todo está bien –volteó los ojos buscando apoyo en su segundo capitán, este la miraba sin expresión alguna.–No me consta que se metió en sus mentes para que hicieran lo que ella quisiera, ya nos ha demostrado lo fácil que se le da.

Sus palabras plantaron un silencio en la habitación, pues al parecer nadie había pensado en eso.

–Usopp, a ti te hechizó ¿No es cierto? –Luffy se dirigió al chico, sentándose en el borde del mesón donde cocinaba Sanji–¿Cómo se sentía?
–Am... –Balbuceó nervioso –Se sentía como si alguna fuerza me obligara a ir tras ella, a protegerla y obedecerla. Razonaba pero no podía controlar lo que decía y hacía.
–Yo no me siento así en absoluto –Comentó Sanji para después soltar una risita mirando a Luffy –No puedo decir lo mismo de él.

Todos voltearon a ver a su capitán, quien les devolvió la mirada confundido

–¿Ven? Todo en orden. Mis pensamientos van acorde a mis acciones –les sonrió para luego encaminarse a la puerta.
–La próxima isla está a dos días, –Luffy detuvo sus pasos, Nami se acercaba a él con los brazos cruzados –Le daremos provisiones, un mapa y dinero.

Volteó a verla.

–Pero... ya es parte de la tripulación
–No lo es, es una extraña con poderes peligrosos y no nos ha demostrado que podemos confiar en ella.
–Dejala demostrar que podemos confiar en ella –Habló el rubio
–No ha hecho nada en nuestra contra desde que su abuela nos presentó –siguió Usopp.
–Yo estoy con Nami –El espadachín por fin se pronunció –No confío en alguien que usa una espada así
–¿De qué espada hablas? –Bufó el tirador –No usaba ninguna espada, acepta que te hizo frente una bruja con una espada invisible
–Es portadora de una espada maldita...
–Ella está maldita –Completó Nami, para voltear a ver se nuevo a Luffy –No es seguro estar con ella

Él quedó unos segundos en silencio.

–Dale estos dos días para demostrar que es confiable. Si no convence a uno solo se nosotros, le daremos todo lo necesario para que siga su camino sola

El rostro del chico era serio, Nami aceptó.

–Ya casi está lista la comida –Anunció el rubio
–Guardenme mi parte –Dijo saliendo del cuarto apresurado

Todos se quedaron viendo la puerta por dónde salió.

–Puede que sí esté embrujado– bromeó el cheff.

La reina de los Piratas [ Monkey D. Luffy ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora