VI. El collar

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Horas pasaron desde ese beso, ambos chicos decidieron actuar como si nada frente a Nami y ella tampoco les iba a preguntar al respecto, sabía que pronto los podría volver a pillar. La mente de la pelinegra no la dejaba concentrarse, había estado todo ese tiempo de nuevo en el mascarón del barco, pero esta vez sin poder alzar en el aire ni una gota de agua, a duras penas lograba hacer que se moviera, esta situación la llevaba rato estresando, estaba muy frustrada.

"No debí hacer eso, no debimos besarnos, ahora todo será incómodo, ¿que pasa si pierdo el control?, no quiero que muera por mi culpa, esto es todo mi culpa, no debí darle alas, no debí besarlo, eso no debió pasar, no debió pasar"

Su mente no la dejaba en paz.

Detrás de ella estaban su capitán y navegante, sentados de espectadores. Charlaban en voz baja.

–¿Exactamente qué está intentando hacer? –preguntaba la pelinaranja
–Intenta mover el agua
–Eso lo sé, pero ¿realmente puede? Digo, han pasado mas de dos horas y no ha podido hacer nada.
–Dale tiempo, –dijo el chico con su singular optimismo –Mas temprano logró hacer fluir agua en el aire, fue realmente increíble
–Espero poder ver algo así antes de irme a dormir –respondió ella reposando su cabeza en su mano.

"Concéntrate Umiko, nunca tuviste problemas para esto, todo lo que sabes lo aprendías a la primera, tienes un don ¡Concrentrate!"

La charla de sus compañeros le empezaba a hacer ruido sumado a sus propios pensamientos autoexigentes, en un último intento logró alzar una burbuja en el aire, pero no la pudo mantener mucho tiempo a pesar de su gran esfuerzo.

–¡Mierda!– exclamó con frustración –¿¡Podrían hacer silencio, por favor!?

Se dirigió a ellos, que se callaron en seco al escuchar el grito de la bruja. Esta dió un profundo suspiro buscando calma, y al encontrarla se volvió a dirigir a sus compañeros.

–Lo siento... lo siento –Caminó para bajarse de la cabeza –No logro concentrarme, y estoy acostumbrada a lograr mis hechizos al primer o segundo intento y ya llevo no se...
–Dos horas y media –Nami completó la frase, levantándose
–¿Tanto? –Exclamó, se acababa de dar cuenta de que ya había caído la noche. –Oh, Lilith... debo irme.

Se apresuró a tomar sus botas del suelo para bajar rápidamente las escaleras.

–¿Qué harás? –Luffy se levantó del suelo viéndola irse.
–¡Es luna llena! –fue lo único que dijo antes de subir las escaleras de su camarote, para encerrarse sola allí. El chico la observó desde la distancia.

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Umiko tomó la decisión correcta al elegir ese libro, pues a parte de muchos tips de meditación y recomendaciones para aprovechar la luz de la luna para rituales, habían páginas completas donde enseñaban a invocar antepasados en sueños lúcidos. Justo lo que necesitaba.

Preparó todo para el rezo previo a la invocación, prendió unas cuantas velas posicionándolas en un círculo, donde ella se ubicaría en el centro con el libro en manos. Una vez todo listo se arrodilló viendo fijamente la gran luna a través de su ventana, y comenzó a hacer los ejercicios de respiración necesarios, para luego empezar a leer.

Eran palabras en otro idioma, le impresionaba percatarse que mientras leía lograba entender lo que decía, a pesar de no saber absolutamente nada de esa lengua. Poco a poco comenzó a sentir un poder distinto fluir por su cuerpo de punta a punta.

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–Hay un bar en el pueblo –Anunció Zoro terminándose de arreglar el cinturón con sus espadas – Y como Nami no trajo mi recado... Yo iré por él

La reina de los Piratas [ Monkey D. Luffy ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora