Frío y oscuridad, era lo único que Umiko podía ver y sentir, su noción del tiempo estaba algo desorientada, pues no sabía si llevaba poco o mucho tiempo allí; a veces parecía una eternidad y otras solo unos segundos.
–¿Hola? –habló ante una nueva figura frente a ella, sin esperanza alguna que respondiera, pero se acercaba lentamente y en ese momento intentó enfocar aquel rostro desconocido. –Mamá...
Su respiración se cortó al detallar las finas facciones de la mujer que la había traído al mundo. Sin pensarlo dió un par de pasos apresurados para alcanzarla en un abrazo, uno que se sentía cálido y real.
–¿En verdad eres tu? –preguntó ella hundiendo su rostro lleno de lagrimas en el pecho de la mayor
–Eres increíblemente poderosa, pequeña –Su dulce voz hizo que la piel de Umiko se erizara, nunca había tenido una conversación con su madre y ahora la tenía justo enfrente, con su mano entrelazando su ondulado cabello. –Lograste contactar con tus ancestros en una sola sesión espiritista y sin ayuda, estoy muy orgullosa de ti.La mujer pasaba sus manos suavemente por el rostro de su hija.
–¿Eres... real...? –preguntó con temor a la respuesta.
–Soy tan real como tu magia, linda. –le sonrió, tomándola de la barbilla –Lo que hiciste funcionó, ahora puedo visitarte en tus sueños.
–¿Estoy dormida en este momento? –Umiko se separó ligeramente del abrazo, Chinami la tomó de las manos y suspiró, buscaba las palabras para decirle algo importante
–Anoche robaron tu collar... y tu...
–¿Que?! –exclamó siendo invadida por la angustia –¡Luffy... mis amigos... ¿Ellos están bien?!
–Si... ellos están perfectamente. Algo asustados, pero están bien –La intentó tranquilizar acariciando sus hombros –Fue muy conveniente que eso pasara, ya que estabas atrapada en el ritual, recitaste hechizos muy complejos... incluso para ti
–Mamá... Vi lo que te pasó... ¿Por qué tu y ese rey discutían? ¿Qué te ataba a él como para dejarme en esa isla? –preguntó distanciándose un poco, pasando su mano repetidas veces por su brazo, dándole la espalda a su madre, quien la observaba con algo de culpa.
–GolD Roger y yo teníamos un pacto de amor, lo hicimos ante los dioses del mar –su hija volteó a verla, y aprovechó el gesto para acercarse de nuevo, tomándole la mano– será mejor que lo veas todo tu misma.Dicho esto, la mayor posó su dedo pulgar sobre la frente de la chica.
–Visita mi ayer
En ese instante los ojos de Umiko se tornaron completamente blancos y ladeó su rostro hacía atrás, perdida completamente en aquel mar de recuerdos dados por su madre.
~
A los inicios de mis veinte despertada todos los días con el rostro de un desconocido en mi cabeza, la vida que llevábamos en isla Kai desde que llegamos hace dos meses era bastante tranquila, nadie sabía nuestro origen y mi madre llevaba el pan de cada día a base de su venta de medicinas. Yo amaba pintar, y los amables aldeanos me sugirieron ofrecer mis retratos en el muelle, a donde iba día a día y trabajaba felizmente.
Aquella tarde corría al muelle con retraso, me había dormido muy tarde dibujando un barco que ví en mis sueños, y luego mi cuerpo parecía no querer despertar.
Acomodando mi puesto de trabajo una gran sombra arropó la zona completamente y al darme la vuelta lo vi, ese enorme barco de velas color vino frente a mi, idéntico a aquel cuadro que tenía en mi caballete.
Ni mis más acertadas visiones pudieron ver lo que se avecinaba.
Entre todos esos hombres que bajaron del barco y comenzaron a hacer del ambiente una enorme fiesta, uno llamó mi atención de inmediato, quizás por su radiante y enorme sonrisa, su carisma al hablar o aquellos cabellos negros; lo observé a la distancia por un par de días tratando de comprender por qué apareció por tanto tiempo en mis sueños.
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La reina de los Piratas [ Monkey D. Luffy ]
RomanceTras casi nueve meses navegando las impredecibles aguas de La Gran Ruta, la tripulación Sombrero de paja seguía sin tener éxito en su busqueda del One Piece. Debido a la falta de provisiones y urgencia por arreglar uno de los mástiles del barco, dec...