7

96 7 9
                                    

Sasori y óbito se quedan un buen rato en el baño. Deidara hace pucheros sentados completamente solo en la mesa, para ocuparse con algo, se pone a picar el envoltorio de su pajilla. Justo cuando comienza con la de Sasori, los dos chicos regresan.

—¿Qué diablos pasó aquí? —dice Sasori, tomando toda la basura de papel picado esparcido por toda la mesa.

—Me aburría —dice Deidara juntando todos los pedacitos en un solo montón y reconociéndolas con una servilleta para ahorrarle la fatiga al pobre camarero—. Ustedes dos se fueron por mucho tiempo .

—Fueron cinco minutos a lo mucho .

—Lo que son simples cuatro minutos y treinta segundos para ti, para mí es mucho tiempo lejos de Tobi —dice Deidara con tono exagerado

—Ridículo —suspira Sasori.

……

Después de pagar la cuenta, salen del restaurante. Cuando están a punto de tomar diferentes caminos, Sasori señala con el dedo a Óbito. —¡No olvides lo que te dije, escuchaste!

—No lo haré.

—¡Y tú! —sasori se gira hacia deidara, y también le señala con el dedo—. No seas un idiota con el Uchiha, ¿de acuerdo?

Deit jadea dramático. — ¿Cuándo lo he sido?

—Hablo en serio Deidara. No quiero que los dos se pelen. Por mucho que odie decirlo, ustedes dos probablemente son buenos el uno para el otro, en cualquier caso los dos son iguales de repugnantes.

—¡Qué malo, Sasori! ¡Qué pasó con mi comprensivo mejor amigo!

—Tu desvergüenza lo mató —espeta Sasori, y se aleja en la dirección opuesta.

…..

— ¿De qué hablaron ustedes dos? —le pregunta deidara a Óbito más tarde, cuando se encuentran en el apartamento de óbito, haciéndose compañía mutuamente mientras califican exámenes—. Tú y Sasori

—Me dijo que tú parecías feliz conmigo —responde óbito—. Dijo que jamás hiciera algo que te lastimara, o de lo contrario me convertiría en una marioneta—levanta su mirada hacia deidara—. ¿Lo eres?

—Soy qué? —pregunta deidara.

—¿Eres feliz… conmigo? —Hay una extraña mirada de vulnerabilidad en los ojos de obito.

Deidara quiere quitársela, por lo que se le acerca y acaricia suavemente la mejilla de obito. —Claro que lo soy —musita—, más feliz de lo que lo he sido en… en mucho tiempo. 

Los labios de óbito se abren por la sorpresa. Casi de forma inconsciente, él restriega su mejilla contra la mano de deidara. —senpai —dice en voz baja, vacilante—, tú eres… muy importante para mí.

—¡Tú también eres muy importante para mí, Tobi!

— ¿De-de verdad?

La atmósfera de la habitación de repente se vuelve muy pesada. Casi anticipatoria. Óbito es tan bonito, y su piel es tan suave y tan cálida bajo los dedos de deidara, y si él no diluye está situación ahora, terminará haciendo algo que lamentará.

—Pues, sí —dice—. Honestamente pienso que eres… uno de los mejores amigos que tengo.

Óbito exhala. Casi suena frustrado cuando dice. —No, me refiero a que…

La caldera escoge precisamente ese momento para silbar de forma estridente. Agradecido por la oportunidad de escapar, deidara se levanta de un salto y se precipita hacia la cocina. —¡Prepararé té, Tobi!

FingirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora