SIGNAL| ❛el sentimiento que nació de esos días, marcados de sangre, no deberían desaparecer... ¿verdad?❜
donde una joven transmigra a un manga que nunca terminó de leer debido a su mezquina terquedad, oh, estaba muy arrepentida... pero se arrepentía...
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LIN'ER TENÍA sentimientos encontrados con todo lo sucedido en la mañana; los gatitos se habían revelado como los niños que se había esforzado por cuidar y... eso no fue sorpresa, ya lo venía intuyendo debido a las "coincidencias" ocurridas. Luego estaba el hecho de que había molestado a Cale con su tontera, todo porque tenía la mala costumbre de embotellar sus emociones negativas.
También estaba el hecho de que Choi Han se parecía a ella.
Relmente, quería esconderse entre ropa y sábanas, fingiendo que nadie la podía a encontrar.
Pero sólo le quedaba ser la adulta que era y enfrentar las situaciones que la vida le presentaba, como siempre había hecho; lo había hecho cuando tenía cinco años y apareció ese hombre, parecido a un monstruo, a terminar el trabajo que no pudo hacer su madre, lo había hecho cuando tuvo que enfrentar el acoso en la escuela secundaria, lo hizo cuando su mundo pareció caerse a pedazos con la muerte de su abuela.
Cuando ella tuvo que cambiar para adaptarse al apocali--
—¡Señorita Lin! —Un adorable gatito de un pelaje rojo trepó hasta su hombro en busca de llamar su atención, ya casi era el momento de irse a la cama y quería seguir escuchando aquella historia que le había contado más temprano. Aunque... —¿Se siente bien?
Lin'er sonrió ante la preocupación del adorable gatito, sintiendo como sus sentimientos negativos se desvanecían en el aire. Tener personas que se preocupasen por ella la hacía sentir bien consigo misma.
Porque eso significaba que no se había equivocado al elegir seguir viviendo.
—Sí, estoy bien, sólo pensaba en mis posibles responsabilidades. —Lin'er tomó con cuidado al gatito entre sus brazos, acunándolo como si fuese un pequeño bebé y sonriendo con una dulzura desbordante al oírle ronronear. —Vamos con tu hermana, ya es la hora de dormir para los bebés~
Hong quiso replicar que no era un bebé, que ya era un niño grande, pero estar en sus brazos era muy cómodo y se sentía muy cálido, era diferente al frío de su clan o de las calles.
Tal vez seguiría siendo un bebé un poco más.
—Creo que Noona está con Cale-nya. —De a poco, los ojitos dorados de Hong comenzaron a cerrarse entre sus bostezos y los amables arrullos de la dulce Lin. —Hablaban de habilidades y... ¿responsabilidades?
—Bueno, entonces, iremos con Cale.
El calmado tarareo de la señorita Lin fue suficiente para terminar por hacerle dormir.
—¿Ya es hora de dormir? —preguntó un poco confundida Ohn al ver a la señorita Lin con su hermano menor en brazos, sintiendo una chispa de celos al ver lo cómodo que estaba Hong. Ella también quería ser arrullada y adormecida con una canción. —No me di cuenta de la hora...
