Lágrimas

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Nunca nada me había parecido tan, pero tan liberado y doloroso.

Pequeñas gotas escurren por mis mejillas mientras mis ojos se ponen rojos y pican.

Son lágrimas.

Lagrimas que por muchos años no me permití derramar.

Me siento indefensa cada que ellas escurren de mis ojos, de mi alma, de mi corazón.

Y duele.

Duele llorar.

Duele sentir aquella humedad.

Duele escuchar mis hipidos mientras trato de ocultar mi llanto de aquellos oídos curiosos.

Pero. Duele aún más llorar sola, sentirte sola al hacerlo.

Duele, porque estoy triste, duele porque siento que nadie entiende, me siento incomprendida.

Me siento sola contra el mundo.

Lloro porque no sé si estoy mal o los otros son los que están mal.

Duele porque quiero llorar, pero no puedo.

Oculto mis lágrimas de aquellos que me rodean. 

Quiero deshaserme de ustedes.
No quiero que duelan.
Son tan frágiles, pueden volverse nada en mis dedos.
Sin embargo, son todo lo que considero mal y lo que más necesito.

Necesito de ustedes, necesito dejarlas fluir sin miedo a ser juzgada.
Sin miedo a ser vista débil.
Duelen.

Quiero gritar.
Pero en cambio las dejo ir en un silencio solemne.
Quiero gritar mientras las dejo ir.

¿Que son?
¿Por que surgen?
¿De donde vienen?

Son tantos motivos.
Y cada uno de ellos se pierde en mis pesados recuerdos.

Cada uno está oculto en lo más profundo de mi corazón.

Lagrimas.

Son mi mayor consuelo en las noches.

Duele dejarlas ir.

Pero cansa más retenerlas.



La noche es larga y mis pesares eternos, las lágrimas se secan en mi rostro.

Con ellas siento que también se va algo de mi.

¿Que es?

Me siento tan ligera.

Puedo dormir tranquila luego de dejarlas.

Lagrimas, se llevan por un tiempo todo lo que me aqueja. Pero no lo desaparecen.

Sigue presente.

Pero al menos, por un tiempo puedo reír ante otros sin tener un llanto desgarrador en mi garganta.

Anhelos De Un Corazón RotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora