La castaña y la Lisa ya se encontraban en la escuela. Jennie pegada a ella, pues la niña se encontraba extremadamente asustada por tener un accidente.
—Nini, ¿puedes revisar si me manché? —pidió bajo, demasiado angustiada por ensuciar su ropa.
—Cariño, lo acabo de hacer, no tienes nada —dejó un beso su frente, continuando con la caminata a su salón.
—¿Puedes volver a revisar? —volvió a insistir, tratando de cubrirse con su mochila.
—Está bien —se puso tras de ella, mirando sobre la falda. Ahora sí tenía una mancha—. Oh no.
—¡Ew! ¡Lalisa está manchada! —chilló una omega rubia atrás de ellas.
Lisa soltó un chillido, cubriéndose con ambas manos.
—¡Nini!
—Ya, ya —puso su suéter alrededor de la cintura de la menor, gruñendo ante las carcajadas.
—Se están burlando de mí, alfa, quiero irme —murmuró avergonzada, soltando unas lágrimas.
—Ya, cariño —intentó tranquilizarla—. ¡Escúchenme bien, estúpidos! —gritó de nueva cuenta, poniendo a la omega frente a ella—. ¡Mi omega está pasando por algo completamente natural, ¿cuál es el sentido de burlarse?! ¡Y tú! —señaló a la rubia—. ¡Tú también tienes un útero, ¿sabes?! ¡A ti también te va a pasar! —dio un pisotón—. Ahora organizadamente se irán, ¡no sin antes disculparse con mi omega! —su pecho subía y bajaba, se sentía molesta.
—Ay, alfa, que escándalo —Lisa se avergonzó más, rodando los ojos—. Gracias por ser discreta —dijo con ironía y le fue inevitable no soltar una risita.
—Tú cállate —dio un beso en su mejilla—. Odio que se burlen de ti —habló, frunciendo el ceño al ver a las personas ir a su respectivo salón.
Lisa besó a la castaña antes de voltearse a su compañera omega, tomando valor para enfrentarla.
—Oye tú, puedes seguir burlándote porque es lo único que puedes conseguir de mi alfa —habló hacia la omega rubia, sacándole la lengua—. Mientras tú ríes, mi alfa y yo nos abrazamos y besamos —sonrió.
Esa rubia tenía problemas con Lisa, porque la alfa de ojos gatunos la había rechadazo varias veces por estar en una relación con ella. Por eso siempre buscaba la manera de molestarla, aunque Jennie jamás la dejaba sola.
La mayor sonrió de lado, besando sus labios, riendo cuando esta tiró de su corbata.
—Nos vamos. No planeo entrar a esa última clase.
—Yo tampoco, vamos a mi casa, alfita —las comisuras de sus labios se alzaron, abrazándose a la cintura de la coreana—. Eres muy bajita.
—No, tú muy alta —rió alzándola por las piernas, cargándola al estilo nupcial y saliendo de la institución. Puede que Lisa le sacara unos cuatro centímetros, pero ella era fuerte.
—Eres como un ayudándote de Santa Claus —dijo en una carcajada, moviendo su pierna.
—Y tú... como Malayopython —rió, caminando a su auto.
—¿Mala qué?
—Malayopython . Es una serpiente muy larga y delgada, pero que no es venenosa y de hecho puede llegar a ser amigable —se encogió de hombros—. Me recuerda a ti.
—Tengo ojos redondos como los de las serpientes —concordó—. A mí me gustan tus ojos de gatito.
—¡Hey! Yo soy un león salvaje, no un gatito —se quejó, dejándola en el asiento del copiloto.
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Alpha will help you | Jenlisa
Любовные романыSe suponía que iba a ser un día normal, pero cuando Lisa necesita ayuda, Jennie está para ayudarla y cuidarla. ➼ Adaptación © harryomega ➼ Prohibido copiar o adaptar mi versión