Raptada.

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En Kamehouse

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En Kamehouse...

Todos los guerreros estaban mal heridos debido al saiyajin recién llegado que los golpeó sin piedad, dejándolos muy heridos. Bulma salió despavorida de la casa y se acercó corriendo a Goku para auxiliarlo. Se hincó y levantó un poco el cuerpo de su mejor amigo para apoyar su cabeza en sus piernas.

—¡Suficiente! ¡Si continuas así todos morirán! ¿Quién eres tu?—lo enfrentó molesta

—Mi nombre es Vegeta, ¡Soy el príncipe de todos los saiyajines, incluyendo a este tipo!—señalo a Goku—¡No eres un humano! ¡Eres un guerrero del planeta Vegita! ¡Los saiyajin son la raza más poderosa del universo! Solo quedan cuatro saiyajin con vida... Los tres descubrimos recientemente un planeta que se puede vender a una precio muy alto, pero se dice que los lugareños de ese planeta son muy fuertes. Kakaroto, si te unes a nosotros, ¡Será aún mas beneficioso para nuestra acción!

—¡Estás loco! ¡Goku preferiría ser molido a golpes, antes que ayudarte a ti!—se paró Bulma bastante molesta, apretando fuerte sus puños a los costados de su cuerpo, del otro lado de la casa se encontraba Gohan llorando por la escena que estaba presenciando.

—He estado pensando hace un rato en... ¿Si tu eres la hembra de Kakaroto?

—¿Eh? ¿De qué hablas?—le cuestionó confundida y una sonrisa macabra se pinto en el apuesto rostro del saiyajin.

Se acercó rápidamente a ella, la cargo como si fuera un costal de papas, poniendo sus piernas enfrente y su cabeza recargada en su espalda y comenzó a volar.

—¡Si quieres salvarla, debes unirte a nosotros, estaré esperando tu respuesta para mañana!

—B-Bulma...—murmuro Goku casi moribundo viendo como se llevaban a su mejor amiga y el sin poder hacer algo.

—¡Goku! ¡Ayudame!—fue el último grito de Bulma al ser raptada por ese rudo saiyajin.

La hermosa científica iba gritando con todas sus fuerzas por los aires, trataba de golpearlo, morderlo, arañarlo, pellizcarlo y patearlo, para ver si la dejaba escapar, pero nada funcionaba, para el resultaba divertido el carácter de la fémina y debía admitir que parecía una mujer saiyajin, si no fuera por el color de cabellos y ojos. Comenzaba a excitarse de sobremanera al verla así. Su piel era muy resistente, por lo que Bulma no le causó daño alguno.

Volaron por algunos minutos hasta llegar a una nave esférica hundida en medio de las montañas y del otro lado había una cueva. Pensó donde podría ser un buen lugar para llevar a la terrícola, se decidió por aquella oscura y profunda cueva. Conforme se iban adentrando sus prendas habían sido rasgadas de su esbelto cuerpo, había quedado un camino con su ropa. Tenía miedo, nervios y adrenalina, era obvio que abusaría de ella, ahora si que estaba perdida, nadie iba a poder ayudarla.

Caminó por unos minutos y el la dejo en el suelo completamente expuesta ante el. La recorrió con la mirada, admirando su curvilíneo cuerpo, tenía mucho tiempo que no veía unas curvas así. Bulma al darse cuenta de como la miraba, cerró sus piernas e inútilmente puso sus brazos en sus tetas para cubrirlas, eran demasiado grandes, así que no las tapaba por completo.

One Shots. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora