One Shots. || V.B ||

Confesión.

Bulma se encontraba sentada en su escritorio que está situado en su habitación, veía cada dibujo que hizo Vegeta para ella, debía admitir que es bueno para el arte, lo amaba, pero era un chico malo, su madre jamás lo aceptaría, tenía miedo de vivir lo mismo que con Broly (quién en el pasado cuando era humana la había hipnotizado, la manipulaba y abusaba de ella cada que quería). El híbrido tenía el poder de hipnotizarla, podría obligarla a hacer cosas que ella no quisiera, pero a pesar de eso su amor era puro y fuerte. Se sintió feliz cuando se dió cuenta que Vegeta estaba enamorado de ella.

Lazuli y Milk la apoyaban, la última no del todo, pero quería a su amiga y si eso la hacía feliz no interferiría en su felicidad. Se reía de si misma, tanto que crítico a Krillin por enamorarse de Lazuli, que en su pasado había asesinado a mucha gente a sangre fría, pero Vegeta era peor. Se sentía una mala amiga por haberlo juzgado, el sin embargo no le tomo importancia y eso la hace sentir aún peor.

No sé preocuparía por Tarble, a pesar de todo eran hermanos y siempre se apoyaban.

No había obstáculos para estar con Ouji, solo el miedo, pero a la mierda eso, ese hombre es tan guapo, y sobre todo ha sabido darme mi lugar, cosa que ninguno de mis ex novios ha hecho por mi, siempre ponían a los demás por encima y yo era la última opción. Me ha defendido, me ha salvado la vida dos veces, aunque bueno esas dos fueron por su culpa, a pesar de eso, no le guardo ningún rencor, ni odio.

Había tomado una decisión, no perdería nada, si Vegeta la mandaba a volar, sería por su culpa por rechazarlo de maneras hirientes. Sonrió y guardo esos hermosos dibujos dónde ella era la protagonista a su lado había un lindo caballo blanco.

Tomó las llaves y salió de la casa, lo bueno es que su madre iba a trabajar en la comisaría hasta tarde, por lo que no sabría que ella salió a estás horas de la noche y no tendría que darle explicaciones a nadie. Estuvo por ir a visitar a sus mejores amigas para hacer una pijamada, pero exactamente a Lazuli, ella siendo vampiro, ambas podían hacer un maratón de películas románticas por toda la noche. Pero ir a visitar a Vegeta y confesarle su amor, fue una mejor opción y más porque descubrió que mañana se iría definitivamente del país y eso era algo que no quería, no podía irse aún sin haberle confesado sus sentimientos.

(...)

Vegeta le da un último trago a su whisky. Se encontraba de pie frente a la chimenea de su enorme mansión. Tarble había salido a dar un paseo por el pueblo, ya que sería su último día en la capital del Norte, tenían planeado regresar a Tokio, su hogar. Lo invito pero no quiso ir, no se encontraba de humor para salir, cosa que se le hizo extraño, pero ya lo interrogaria más tarde.

Estaba frustrado por los constantes rechazos de Bulma. El que es un hombre muy atractivo, tenía el poder de hipnotizar a la chica que quisiera y someterla para que pasara una noche con el o simplemente podía lograrlo con sus encantos, pero no, se encontraba como un miserable frente a esa chimenea pensando en ella.