Mi Princesa.

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La hermosa peliazul está sentada bebiendo un poco de vino, mientras observa las grandes ciudades de su reino

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La hermosa peliazul está sentada bebiendo un poco de vino, mientras observa las grandes ciudades de su reino. Detrás de ella hizo presencia su fiel guardaespaldas, Lazuli.

—La ciudad está hermosa—habló la rubia mientras apoya sus delicadas manos sobre las barandas del balcón. Bulma sintió de lado, mientras se movía un poco.

Gero esbozó una gran sonrisa mientras caminaba hacía una de las mesas que están en aquella habitación; sobre la madera maciza de aquella mesa, se encuentran diferentes tipos de vinos con unas copas justo a lado.

Tomó una de las copas y puso un poco de vino blanco dentro del recipiente transparente. Bulma por su lado, se acercó a ella y se sentó sobre una de las sillas que están ahí.

—Ser princesa debe ser todo un trabajo, ¿No amiga?—preguntó divertida su escolta mientras bebía un poco del refrescante líquido. Bulma resopló feliz.

—No lo es.

—¿A qué te refieres?... ¿Es fácil?

La peliazul sonrió y miró uno de sus abanicos azules para tomar uno y comenzar a hacerse aire para refrescarse un poco y luego cerró los ojos alegre.

—No es tan complicado, no si tienes a tu consorte contigo.

—Ah claro, olvidaba el hecho de que Vegeta estaba contigo—Lazuli tomó asiento junto a ella y luego dejo la copa sobre la mesa.

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Se había recostado hace ya rato, ser la persona que dirigía al pueblo, no era lo más fácil del mundo; aunque tenía la ayuda de su pareja, aún sentía que era un trabajo algo complicado.

Bajo su cuerpo, el colchón era muy cómodo y sentía la brisa fresca entrar por la ventana, mientras las cortinas lentamente por el viento. Bulma lanzó un suspiró y cerró sus ojos con lentitud, mientras la reconfortante almohada bajo su cabeza hacía todo el trabajo de comodidad.

Mystic ahora estaba bajo su gobierno, el estado había cambiado, no era el mismo que el de Son Kakaroto, pero tampoco era muy diferente; ambos tenían casi los mismos ideales y estaban en el mismo bando. En cambio le agradaba la idea de que su hermana Tights ya no gobernaba, y que el golpe de estado que Milk y Kakaroto habían ejercido ante el poder de la rubia.

El pueblo ahora podía vivir en armonía. La ahora princesa sonrió y antes de que pudiera irse a los brazos de Morfeo, abrió los ojos al sentir la presencia de su consorte la sorprendió.

El guerrero parecía cansado, muy agitado; unas pequeñas cicatrices se hacían presentes sobre su torso. Bulma al verlo llegar tan cansado se le quedó observando unos largos segundos.

—Vegeta.

—Bulma, vengo algo agotado, solo déjame descansar—El saiyajin movió a su cónyuge de azul a un lado, y se sentó sobre la cama.

One Shots. || V.B ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora