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Nadie te advertía cuán difícil podía llegar a ser el matrimonio. Más cuando te habías casado tan joven. Tenías dieciocho cuando te casaste, mientras tu marido tenía veinticuatro, heredando su empresa familiar. Nunca habías tenido que trabajar porque él sustentaba los gastos tuyos y los de tu hijo.
Sí, habían tenido un hijo.
El chiquillo tenía apenas tres años, comenzando la etapa del jardín. Tú estabas segurisima que lo amabas pero es complicado. La relación ya no era la misma, además de sentir que él quería algo más. Como una mujer de su edad. Eso te desanimaba demasiado. Por un problema o por otro, se separaron, sin firmar divorcio. Él no quería divorciarse oficialmente y en lo que te respecta, era mejor para ti. Seguías teniendo más beneficios que no querías desaprovechar.
Enterarte que él había formado pareja fue un golpe duro. Más que sentías que él era el hombre de tu vida, él único que te comprendía. En ocasiones le pedías a tu mejor amigo que te aconsejara sobre estas situaciones, él estaba en un importante viaje que llegaría al siguiente día, por ende, no sabías bien que hacer pero te dejabas guiar por tu intuición.
Sería el cumpleaños de tu nene, por ende, lo citaste SOLO A ÉL para que pasaran una cena juntos. A pesar de estar separados, seguían manteniendo contacto y teniendo una relación como “amigos”. Te prometió que iría. Te habías arreglado, maquillado muy naturalmente y puesto uno de tus vestimentas más bonitas.
Quería saber sí realmente él había dejado de amarte como indicaba. La noche cayó, le cantaste el feliz cumpleaños y él no apareció. Apareció una hora después de la hora citada. Tu furia era evidente. Tenías tanta ira que no sabías que hacer o que decirle.
—Llegas tarde—Dijiste. Él notó tu descontento. Se acercó, tomando tus manos y besándolas. Tenía una mirada suplicante. —Lo sé... Lamento esto, en mi trabajo me atrasé y—Toma una
gran bocanada de aire, él observa descaradamente tu figura, el habla se le va por momentos e intenta proseguir con lo que decía—. Y, y yo ... Lo lamento, traje uno de tus vinos favoritos para que tomemos—Él muestra la botella frente a ti.
