— Terminamos.
— ¿Qué?
— Eso, ya no quiero seguir con la relación, Spreen.
El pelinegro clavó su mirada en Conter, esperando a que se rindiera con su juego. Se levantó para acercarse al híbrido de conejo, el cual estaba sentado sobre un cofre.
— No te quiero cerca.
Conter miraba enojado a Spreen, casi pareciendo como si el otro le hubiera hecho algo grave.
— ¿Qué te hice ahora?
— ¿Cómo? ¿Me has hecho más de una cosa? ¿Me has sido infiel, te gusta alguien más?
— No, obvio solo te amo a vos.
— Claro, eso también se lo dices a tu amante.
Spreen puso sus ojos en blanco, hastiado de comportamiento infantil de Conter, si el albino quería ser mimado podía decirlo y ya.
— Entonces ok, terminamos la relación.
— Eres una mierda.
— Claro, cielo, pero terminarás en la cama de está “mierda” durante la noche.
— ¿Y si quiero estar en tu cama ahora? ¿Se puede, amor?
Spreen ni siquiera contesto aquello, empujo con fuerza al otro híbrido hacía la pared oscura de la habitación de cofres de Farfadox, colocándose entre las piernas de Conter. El otro no se esperaba que lo hicieran ahí mismo, pensaba que Spreen lo llevaría hasta su habitación, más tampoco se opuso, se quedo quieto esperando a lo siguiente que haría el osezno. Volvió a ser empujado con más fuerza, ahora estando con Spreen rozando su cuello y su espalda adolorida un golpe fuerte contra la pared.
— Haces mucho drama cuando solo querés que te metan la pija.
Conter sintió el aliento del osezno es su cuello, después el roce de sus dientes lo suficientemente peligrosos como para perforar su piel, totalmente tentador y doloroso para el albino. Estuvo a punto de responder pero un fuerte apretón en sus muñecas le hizo soltar un quejido de dolor.
El albino quiso protestar ante el trato rudo, pero cualquier palabra que pudiera salir de su boca fue perdida en un gemido doloroso cuando el otro comenzó a morder su cuello con la suficiente fuerza como para sacar sangre o dejar marcas. Sentía como sus fuerzas se empezaban a desmoronar y se dejaba hacer por el otro.
Spreen capturó los labios del otro en un beso hambriento, de inmediato mordiendo fuerte los labios del otro para sacarle sangre. Apretaba con fuerza la cadera del otro, dejando moretones que durarían ahí bastante tiempo encima de otros hechos por el mismo anteriormente. Conter llevo sus manos a la camisa azul de Spreen, sacando está junto a su corbata oscura ya deshecha, dejo únicamente su musculosa negra la cual hacía apreciar más la musculatura del otro, jadeo con lujuria ante la vista.
Las manos del osezno se deslizaron por toda la piel del albino, deleitándose con cada muestra de placer que mostraba el otro dejaba escapar.
—¿Qué mierda?
Una tercera voz interrumpió el íntimo momento de ambos híbridos, Farfadox solo veía la escena sin saber si enojarse, ponerse incómodo o simplemente ignorar eso e olvidar la misión de ese día, posiblemente haría las tres en diferentes momentos.
Conter hizo el intento de reponerse para poder irse de ahí lo más rápido posible junto a su pareja, cuando estaba saliendo por el lado de su búnker, su caminata fue interrumpida por la peor pregunta que pudo haber escuchado en su vida.
—Paraaa, ¿Entonces si son trolos?