PánicoDolor
Miedo
Desesperación
Todo fue tan rápido, había sido herido por un demonio, ni siquiera habia tenido la oportunidad de defenderse, y Sabito lo terminó ayudando como siempre y se sentía inútil.
El dolor de su cabeza no disminuía y la sangre no para de salir, estaba siendo llevado a un lugar seguro para atender sus heridas, y al borde del desmayo pudo oír por última vez la voz de su amigo que se escuchaba a la distancia."Llevenlo lejos y atiendan sus heridas, yo me encargo de los demonios"
De nueva cuenta despertaba con lagrimas en sus mejillas, los últimos días las pesadillas habían empeorado y desde entonces no pararon.
Se levantó y ordenó su cuarto, saldría temprano a dar un paseo a la montaña, ahora que probablemente Urokodaki estaría cortando madera para preparar el desayuno, así que salió con cuidado y corrió colina arriba.
— ¡¡Sabito!! — Gritaba a todo pulmón mientras caminaba por la montaña.
— ¡¡Sabito!! —
— ¡¡SABITO!! — grito finalmente con su último aliento debido a la escasez de aire en la cima de la montaña.
Sus pulmones seguían débiles y Giyuu tratando de recuperarse cayó de rodillas, su respiración era irregular y débil, pues después de estar en la finca de la niebla tuvo un resfriado que lo dejó en cama un par de días, por lo que aún seguía recuperándose.
— Para por favor... — fue apenas un susurró casi inaudible que pareciera que vino con el viento, pero Tomioka lo pudo escuchar claramente, era la voz de Sabito.
— ¡¡SABITO!! ¿DÓNDE ESTÁS? — Dijo parándose rápidamente y comenzando a buscar a los alrededores.
— ¡¡Giyuu!! — el azabache volteó la mirada pero se encontró con Urokodaki quien venía corriendo hacia el.
ESTÁS LEYENDO
𝑪𝒐𝒎𝒑𝒓𝒆𝒏𝒅𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒕𝒖 𝒔𝒆𝒏𝒕𝒊𝒓
Fanfiction𝐺𝑖𝑦𝑢𝑢 𝑢𝑛𝑜 𝑑𝑒 𝑙𝑜𝑠 𝑝𝑖𝑙𝑎𝑟𝑒𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑣𝑖𝑣𝑒 𝑐𝑜𝑛 𝑠𝑢𝑠 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑛̃𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑦 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑡𝑎𝑛 𝑓𝑟𝑖𝑜 𝑦 𝑠𝑒𝑟𝑖𝑜 𝑐𝑜𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑖𝑟𝑎𝑑𝑎 𝑡𝑟𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑦 𝑠𝑜𝑙𝑖𝑡𝑎𝑟𝑖𝑎, 𝑢𝑛𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜...