Revolver, Mezclar, vasos, preparar, servir, pura calidad.
Definitivamente, si había el porqué alterarse hace unas horas, pues ahora Jack se encontraba preparándole el quinto trago de la noche al superintendente. Estaba la mayoría de la comisaría ahí, parecía esto una fiesta de bodas cuando apenas había sido que el comisario Segismundo y el inspector Emilio habían aceptado su homosexualidad y se habían hecho novios.
¿Y esa cara de amargado que me llevas a qué se debe? — Greco se acercó a donde estaba Conway preparando el trago, pues él también estaba trabajando y le tocaba revolver unos cuantos licores.
No le debo explicaciones a usted — Respondió de manera fría y distante, era claro que estaba irritado por la fiesta, lo cuál no pasaba normalmente, siempre que tuviera trabajo, Jack era feliz (siempre y cuando no fuera en exceso, claro) Greco notó esto y mientras tomaba una de las copas, le sacó un poco de conversación al contrario. — Sé que no, pero me gustaría saber por qué está tan enojado, jefe — Conway lo miró de reojo mientras Greco sonreía inocentemente, a lo que solo por ser considerado su amigo, contestó. — Llevo toda la puta noche atendiendo yo al superintendente, no he fumado en todo este rato y el idiota de García no para de verme con esa sonrisa de imbécil cada que me pide otra bebida — Contestó alterado, pero por lo bajo, no le gustaría que lo escuchara alguno de los clientes.
Lo siguiente que sintió Jack fué la mano de Greco posarse en su hombro, tomando su vaso de whisky y dejándole la copa de vino que tenía el de barba encargada. — Conway, llévele esta copa de vino al comisario Pérez y yo le llevaré su whisky al superintendente, ¿sí? — Greco le sonrió a Conway, lo menos que quería es que este pasara la noche mal y tuviera otra razón para odiar a García, Greco se fué a atender al superintendente antes de que Conway pudiera dar una respuesta, este solo tomó la copa de vino y se fué por su lado.
Jack se encontraba con la copa de vino caminando por el lugar, topándose con algunos de sus meseros que iban de un lado para el otro atendiendo a los oficiales y a los invitados, cuando se estaba acercando a la mesa donde estaba el comisario Pérez y su invitado y pareja, el doctor muerte, notó a alguien parado viendo hacia la mesa, era Volkov, cuando Horacio volteó hacia donde estaba él, automáticamente se dió la vuelta para disimular, topándose con Conway detrás suyo y llevándose un buen susto. — ¿Pero qué coño haces? ¡A trabajar, supernena! — Jack empujó levemente al contrario, enviándolo a trabajar, después, le entregó a Horacio su pedido.
Muchas gracias, Conway — El comisario Pérez agradeció por el trago a Jack, a lo que este solo asintió y se devolvió a la cocina, donde estaba Greco hablando con Viktor, a lo cual el ruso no se veía muy concentrado en su trabajo. Jack solo los ignoró y se fué a su oficina.
Jack necesitaba un momento para él, se sentó en su silla y apartó las cuentas, encendió un cigarro y comenzó a fumar intentando ignorar la música de fondo, no quería que le diera un arrebato de ira por el estrés y terminara pegándole o gritándole a alguien... Para cuando se dió cuenta, se había quedado dormido en su silla.
Jack despertó horas más tarde, todo estaba oscuro excepto su oficina y ya no había música. Se fijó en la hora, el bar había cerrado hace unas horas atrás, en su escritorio, estaba el cigarro que se estaba fumando apagado en el cenicero, su saco de vestir tendido con cuidado en una de las sillas del frente, unos billetes y una nota.
"Gracias por sus servicios, Jack. Le dejo una propina por atenderme a mí y por favor, no se duerma fumando, si hubiera pasado más tiempo ahí se hubiera incendiado algo.
Att: S.I Gustabo García"
Frunció el ceño al ver el contenido de la nota, en especial al leer el nombre del final y ver que la nota tenía la letra de Greco en excepción del "Gracias por sus servicios" y el "Att: S.I Gustabo García".
Arrugó un poco la nota, pero se la guardó en uno de sus cajones y salió cerrando el local, apenas salió, se encontró con Greco y Gustabo, quienes estaban comiendo unos sándwiches en la acera, cuando él salió, ambos lo voltearon a ver.
¡Buenos días! — Greco habló primero, provocando una risita por parte del rubio, pero Jack solo lo vió buscando explicaciones. — ¿Cómo durmió, Jack? — Preguntó Gustabo, a lo que Jack solo levantó el pulgar, sin sonreír para nada. — Joo... Pues que amabilidad... — Gustabo se terminó su comida y volteó hacia Greco mientras se levantaba — Yo ya me voy a descansar, ha sido un largo día, buenas noches — Diciendo esto, el superintendente se fué en el audi que solía compartir con su mejor amigo.
¿Qué coño fué eso? ¿Eres gilipollas? — Jack se sentó al lado de Greco, donde estaba antes García, esperando la tan anciada explicación. — Bueno... Vea, acabó la fiesta y el superintendente quería hablar con usted, así que se acercó a mí después de buscarle y me preguntó que dónde podría estar usted, yo le dije que en su oficina y me preguntó dónde quedaba, así que lo llevé y... — Se detuvo y vió la mirada molesta de Jack sobre él. — Creo que el resto ya lo sabe usted... — Decidió no seguir hablando, de seguir así, se vendría una ráfaga de insultos. — Eres un gilipollas, un gilipollas... ¡Anormal de carrito! — Jack se levantó de su lugar, Greco también. — ¿Tienes cómo irte a casa o también te tengo que llevar yo, nena? — Greco le lanzó una sonrisa que lo decía todo, lo iría a dejar a su casa, respiró profundo y buscó paciencia. — Andando, gilipollas — Ambos se fueron al carro de Conway y de ahí, a sus casas.
