Capítulo 31: Sentimientos y discusiones.

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Ao'nung...
Ao'nung...
Ao'nung...

Abrió los ojos encontrándose con el rostro de su padre...le ayudó a sentarse en su nido en cuánto recobró completamente la conciencia.

- Hijo mío...llevas inconsciente 4 días...necesitas comer...

- No tengo hambre Sempu...no quiero nada... - le respondió a su padre mientras lo miraba.

- Ao'nung...- Tonowari no sabía que hacer, Ronal apenas dio a luz a su tercer hijo y no estaba en condiciones aún para atender a su hijo mayor así que él debía velar por su primogénito.

- Ya no quiero nada Sempu...quiero irme con Neteyam...- esas 4 palabras destrozaron el corazón del mayor...no había nada como escuchar a tu hijo decirte que quiere morir...

- No vuelvas a repetir eso Ao'nung...se que lo que estas pasando es difícil pero no permitiré que algo así ocurra...eres mi hijo y te ayudaré en lo que sea - Ao'nung apreciaba esas palabras pero de verdad no sentía ganas de continuar con su vida sin Neteyam en ella.

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Pasó un mes desde el funeral de Neteyam y el nacimiento del tercer hijo de los lideres, la aldea poco a poco volvía a la normalidad, para unos Na'vis más que para otros

Ao'nung en lo que llevaba de tiempo no había vuelto a salir de su nido desde la intervención de su padre, nisiquiera había conocido a su hermanito, se la pasaba día y noche acostado llorando a Neteyam, no comía más que un bocado o dos, perdió una cantidad de peso considerable en todo ese tiempo, su rostro se veía cansado y demacrado con grandes ojeras bajo sus ojos; por las noches entre sueños llamaba a su pareja o se despertaba gritando y llorando por las pesadillas que no lo dejaban en paz. Su vida había perdido todo sentido desde el instante en que Neteyam partío de su lado, vivir le suponía un horrible tormento.

Ao'nung cayó muy bajo una noche en la cual intento irse con Neteyam...pero se acobardo y terminó mordiendo todo su antebrazo y aleta con fuerza, sus pequeños colmillos dejaron incontables agujeros en su piel, solo eso lograba hacerlo dejar de llorar por un rato...hasta que empezaba otra vez y así era noche tras noche en un ciclo vicioso que parecía no tener fin.

Noche tras noche, día tras día era un sufrimiento eterno, ese nido era testigo del inmenso dolor que pasaba el pobre chico por la ausencia del Alfa Omaticaya.

Un buen día por fin se le veía a Ao'nung salir de su nido luego de todo ese tiempo, sus brazos tenían sangre seca, apestaba ya que no se había bañado ni cambiado de atuendo pero nadie dijo nada. Salió de su hogar seguido de cerca por Tonowari, el menor se dejo caer en el agua y se quedo un tiempo allí, luego regreso al Marui y se puso otro taparrabos, estaba por acostarse otra vez cuando su madre lo detuvo.

- Debes comer así que porfavor ven - le dijo mientras lo jalaba del brazo para sentarlo con ellos - y debo ver esas heridas.

Ao'nung no tenía ganas de comer pero tuvo que hacerlo a la fuerza, comió un pescado y una fruta entera, dejo que su madre lo curara y luego de eso estaba por volver a su nido pero la presencia de cierto Metkayina lo hizo detenerse.

- Buenos días a todos...quise venir antes pero mi abuela no me dejo...felicidades por su bebé - era Rotxo con una canasta llena de mantas - los tejedores le envían esto para el bebé y para usted.

Colocó la canasta en el suelo y vio a Ao'nung, estaba irreconocible completamente despeinado, su rostro demacrado con grandes ojeras, su cuerpo sumamente delgado al punto de marcarse sus costillas, los vendajes en los brazos fueron lo que más le llamó la atención al Metkayina .

- Deberías venir conmigo, todos están en la playa hoy, necesitas aire fresco - le dijo su amigo mientras lo miraba - por fin decidieron salir, deberían hacer lo mismo...

Him (Neteyam×Ao'nung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora