2| NORA

67 7 4
                                    


—¿Hablamos?

Victor se sentó en el respaldo del sillón, como si así sintiera que me estaba protegiendo.

Los demás se sentaron en el sofá, quedando Aaron el más alejado a mí que observaba todo con el ceño fruncido.

—No sé por dónde empezar —susurró Claire más para sí misma.

—¿Qué tal si empiezas diciéndome porqué me habéis mentido todo este tiempo?

Victor colocó su mano en mi nuca dándome un pequeño apretón. Sabía que quería que me controlara y que los escuchara antes de sacar conclusiones precipitadas así que cogí aire y lo dejé ir en un suspiro. Él siguió acariciando mi cuello, una especie de caricia tierna y posesiva que me gustaba más de lo que quería admitir.

—No es tan fácil Nora —dijo Claire cogiéndome la mano. Quise apartarla, pero no lo hice, en el fondo su contacto me tranquilizaba—. Antes de empezar queremos decirte que te amamos, siempre te hemos amado como una de nosotros, como parte de la familia.

Ya y por eso quisieron matarme hace solo unas semanas, pensé, pero no lo dije. Asentí algo nerviosa.

—Tu padre es de nuestro clan, y era uno de los mejores amigos de Clark.

Miré al líder del clan que miraba el suelo con pesar, tenía los hombros caídos y pasó su mano por el pelo antes de que él siguiera contando la historia.

—Rapha no creía en que existiera nuestra alma gemela, conoció a tu madre y se enamoró de ella perdidamente. Empezó a evitar todo lo relacionado con el clan y empezó a salir con ella. Yo le advertía de que era peligroso, era una humana y no podía conocer nuestros secretos. Claire ya era mi Única cuando pasó y en algún punto empezamos a juntarnos los cuatro a menudo; yo todavía no era líder e hice mal en ayudarle a ocultarlo.

—Ambos lo hicimos mal —dijo Claire juntando sus labios en una línea.

—¿Por qué? ¿Porque soy una aberración?

—No eres una aberración Nora, pero lo que llegó a pasar con tus padres es el motivo por el que se nos tiene prohibido juntarnos con humanos a ese nivel.

—No lo entiendo.

—Cuando cumplí los 20 me convertí en alfa de la manada. Claire solo tenía 18 años aún así nos fuimos a vivir juntos, creamos nuestra casa. Queríamos privacidad tanto de humanos como de la manada, por eso está tan escondida, sin embargo, Rapha vio el solar vacío cercano y lo compró.

—Y construyó su casa, mi casa. —Por eso éramos los únicos vecinos de la zona.

—Sí. Al convertirme en alfa me di cuenta de mi error al haberlos ayudado a esconder aquello. Intenté hablar con Rapha, que recapacitara, en ese punto ya no estábamos tan unidos y no quería escuchar, no hasta que se presentó un día en nuestra casa con la cara pálida y nos contó que tu madre estaba embarazada.

—Tu padre estaba muy asustado —continuó Claire—, ¿tu madre siendo humana sería capaz de tener un embarazo mitad lobuno? Nunca habíamos oído hablar de nada parecido, buscamos información donde pudimos, pero nada indicaba que eso hubiera existido nunca. ¿Qué podría salir? Tu madre no entendía porque tu padre estaba tan raro de repente, así que, a pesar de todas nuestras advertencias, Rapha le contó que era un lobo.

—¿Y mi madre flipó y lo echó de casa?

—Ojalá —suspiró Claire—. Nosotros estábamos en contra de que lo supiera, pero lo hecho, hecho estaba. No iban a abortarte, querían tenerte y formar una familia feliz, salieras humana o loba. Al principio todo iba bien, el embarazo, el parto, tu crecimiento... nada parecía indicar que no fueras humana. El verdadero problema fue cuando tu padre encontró a su Única un día comprando en el supermercado.

3. La Profecía (Saga «La Única»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora