| VICTOR
Mis párpados pesaban más de lo normal mientras seguía tumbado en la cama, pero no me importaba tener los ojos cerrados mientras pensaba en la increíble noche que pasé junto a Nora. Sentir su cálida piel entre mis dedos, su cuerpo moviéndose bajo el mío, sus labios sonrosados dejando salir dulces gemidos... había sido más que perfecto. Me incliné hacia la almohada notando su olor a vainilla y canela que tanto me gustaba, que solo yo podía oler en ella y la hacía completamente mía.
Abriendo un poco los ojos con una pequeña sonrisa, busqué con el brazo a Nora a mi lado, sin embargo, no estaba ahí. Mi corazón se paró durante un segundo obligándome a incorporarme de golpe antes de que este se acelerara a toda velocidad. ¿Dónde se había metido?
Las persianas seguían bajadas, hacía ya mucho que las velas se habían apagado por lo que la habitación estaba totalmente a oscuras, aunque eso no era algo que me impidiera ver gracias a mi visión lobuna. Nora no estaba en la habitación, ¿tal vez había ido al baño?
El ruido de la puerta de la entrada me sobresaltó y me despertó del todo. ¿Habían llegado ya Claire y Clark? ¿Qué hora era?
Con rapidez me puse los pantalones, la sudadera y bajé rápidamente las escaleras mientras me ponía las bambas. Probablemente había despertado a Aaron con todo el ruido que estaba haciendo, pero mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho mientras buscaba a Nora por toda la casa, no quería que se enfrentara sola a mis tíos.
Mi corazón volvió a pararse de nuevo al ver que Nora no estaba en ninguna parte, tampoco mis tíos y la puerta estaba entreabierta. Nora no estaría tan loca como para salir sola y darse un paseo por el clan al amanecer, ¿cierto? Me asomé por la puerta y ahí estaba. Sí, estaba así de loca. Iba a matarla por crearme tantos infartos antes de siquiera desayunar.
Salí de la casa cual huracán apunto de explotar, al llegar a ella la atrapé cogiéndola del brazo y, haciéndole retroceder, la giré hacia a mí.
—¿Estás loca? —siseé cabreado—. ¿Qué estás haciendo aquí fuera?
—Lo siento —susurró bajando su mirada.
—¿Que lo sientes? —murmuré con incredulidad. Me pasé una mano por el pelo mirando alrededor, por el momento no había nadie, pero eso no significaba que pudiera aparecer algún miembro del clan, y, explicar lo que Nora estaba haciendo aquí sería problemático. Por un momento la imaginé de nuevo en el escenario con el Consejo juzgándola, solo que esta vez sería mucho peor.
—Sé que ha sido una estupidez, pero necesitaba salir Victor.
Me volví a girar de nuevo a ella.
—Es peligroso que te vea alguien, vayámonos a casa antes de que eso pase.
—Lo sé, tienes razón, he sido una tonta. Estoy demasiado nerviosa y me he dejado llevar.
Fruncí el ceño al ver que tenía esa mirada llorosa que odiaba, sabía que estaba preocupada. Reprimí un suspiro antes de atraerla a mis brazos en un fuerte abrazo y darle un beso en la frente. Ella tembló un poco y quise apretarla más. Nora se acurrucó buscando calor y protección y eso hinchó mi pecho de orgullo dado que lo que más deseaba era que ella se sintiera segura conmigo.
—Me has dado un susto de muerte al no verte a mi lado en la cama cuando me he despertado —susurré en su oído.
—Lo siento, no era mi intención.
—La próxima vez me gustaría despertarme y antes que nada poder darte un beso mientras sigues estando entre mis brazos —dije separándome un poco para poder mirar sus preciosos ojos verdes. Me encantó ver como sus mejillas se tornaban de un tono rojizo suave a la vez que una tierna sonrisa asomaba entre sus labios.
—¿Entonces habrá una próxima vez?
Jadeé.
—Habrá muchas próximas veces cariño, eso te lo aseguro —contesté con una sonrisa pícara. Nora se mordió el labio inferior y en ese momento bajé mi mirada a ellos queriendo morderlos. Estaba a punto de hacerlo cuando un ruido me puso en alerta recordándome dónde estábamos.
—Mierda, viene alguien. Entremos antes de que nos vea.
Entrelacé mis dedos con los suyos y rápidamente la guie de nuevo hasta la casa de Aaron. De repente Nora frenó de golpe haciéndome perder el equilibrio durante un segundo. La miré por encima del hombro con preocupación.
—¿Ocurre algo?
Ella no me miraba, sus ojos estaban fijos en un punto lejano a su izquierda y cuando me di cuenta de lo que estaba mirando, Nora me soltó la mano y se acercó a ellos. Soltando una maldición la seguí.
¿Está loca? ¿Qué está haciendo?
Rapha y su mujer paseaban felizmente con su hijo en brazos. Nora los miraba con los ojos muy abiertos, entonces Rapha nos vio y la sonrisa que le había dedicado a su hijo se congeló. Mi corazón empezó a acelerarse, ¿nos habían pillado? Mierda, mierda. Fui a coger a Nora para arrastrar su culo hasta la casa antes de ir a hablar con él y pedirle que no hablara hasta que solucionáramos las cosas. Sin embargo, una palabra fue capaz de congelarme en el acto.
—¿Papá? —susurró mi chica paralizando mi corazón por completo.
¿Papá? ¿Había dicho Nora que Rapha era su padre? ¿Su padre era un lobo de nuestro clan? Eso era imposible, ¿no? Aunque, ¿esa era la razón por la que quizás Karlie había dicho que Nora no era ni loba ni humana? Nada tenía sentido.
Rapha dio un paso hacia adelante ante la mirada desconcertada de su mujer. Mi chica dio un paso hacia atrás chocando contra mi pecho. Podía palpar la confusión en el aire, pero después de ver el rostro desencajado de Nora me puse en marcha, tenía que sacarla de aquí.
¡Ya tenemos aquí el principio de la tercera entrega de la saga Mi Única!
Estoy muy ilusionada de poder compartir con vosotrxs al fin esta historia, espero de todo corazón que os guste. Me ayudará mucho si votáis y comentáis los capítulos ya que me hará saber si os está gustando o no.
Gracias por toda la espera, sé que es un asco cuando se hacen varios libros y no se completan, espero poder daros la historia que os merecéis.
¡Un fuerte abrazo para todos!
Nos vemos muy pronto de nuevo.
| Aullidos a la luna 🐺🌕🤍
Mar L.
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3. La Profecía (Saga «La Única»)
Kurt AdamLa profecía se está cumpliendo. Se están juntando parejas de diferentes clanes uniendo los dos reinos y eso es algo que nunca antes había sucedido pero a la vez se están formando dos bandos diferentes a causa de algunas decisiones tomadas desde el...