Estaba hecha un manojo de nervios con la vuelta al instituto. Siempre me había gustado, sin embargo, todo era distinto ahora. Yo me sentía distinta y ni siquiera me había convertido en loba todavía, eso ocurriría dentro de dos semanas que era cuando habría luna llena ya que por lo visto les daba una fuerza y energía extraordinaria que ayudaría con el proceso; o eso me había dicho Victor la noche anterior.
Pero no era eso lo que hacía que me retorciera la manga de mi jersey mientras observaba a través de la ventana de la camioneta de Victor, sino era ver a Sam de nuevo. Se suponía que debía mentirle y decirle que mi abuelo por parte de madre había fallecido y por tanto habíamos tenido que irnos unos días a la otra punta del país. Noté que Victor ponía una mano en mi muslo, acariciándolo suavemente. Instantáneamente puse mi mano encima y él me dio una pequeña sonrisa. Ayudó a tranquilizarme, aunque no del todo.
En cuanto entramos por la puerta principal del instituto nos separamos, yo me dirigí a mi taquilla donde se me hizo raro no ver a mi mejor amiga apoyada en ella esperándome, sin embargo, tenía que estar por aquí.
—¡Hola! —saludó alegremente Sarah saliendo de la nada abrazándome por el cuello—. ¿Estás bien? No tuvimos tiempo de hablar contigo ayer.
Sonreí ante su gesto torcido.
—Estoy bien, no te preocupes.
Jake apareció poniendo un brazo en mis hombros y una sonrisa juguetona.
—Bienvenida al club.
—Eh... ¿gracias?
Tyler me asintió con la cabeza, así era él, silencioso. Pero agradecía que los tres me aceptaran y me hayan ayudado tanto hasta el momento.
—Dejad de asustarla —gruñó Victor apartando a Jake y luego colocando sus manos en mi cintura. Yo me apoyé en su pecho y suspiré. Jake y Sarah rodaron sus ojos. Chris sonrió de brazos de cruzados como si lo aprobara—. Largo.
Me giré entre sus brazos con una sonrisa mientras escuchábamos sus pasos alejándose. Notaba su corazón palpitar bajo mi palma, lo que me alegró todavía más saber que podía alterarlo tanto como él hacía conmigo.
—Para tu información, no estaba asustada.
—Lo sé —se encogió de hombros.
Negué con la cabeza con cierto aire divertido.
—¿Qué haces aquí? ¿No tenías literatura?
Asintió con desgana. Le di un beso en la comisura de sus labios y él volvió a sonreír. Al mirar por encima de su hombro me encontré con la mirada confusa de mi mejor amiga.
—Sam —susurré antes de deshacerme del abrazo.
Él miró por encima de su hombro y se tensó.
—Cíñete al plan —murmuró. Yo asentí—. ¿Te veo luego entonces?
Asentí de nuevo antes de acercarme a una Sam de labios fruncidos.
—Hola.
—¿Hola? —Se cruzó de brazos—. ¿Eso es todo lo que tienes que decir?
Suspiré.
—¿Dónde has estado, Nora? ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué no respondes a tu móvil? He estado muy preocupada... —se derrumbó el final. Me atreví a acercarme y darle un abrazo. No sabía si mi amiga temblaba de la rabia o de alivio y después de unos segundos donde pensé que me empujaría lejos, me devolvió el abrazo.
—Lo siento Sam, perdí el móvil y no tenía como contactarte. —Al menos esa parte era cierta, después de recuperar los recuerdos y esconderme en la cueva, perdí el móvil por el bosque y no había podido recuperarlo, ni comprarme otro.*1 Victor quería conseguirme uno nuevo, pero no quería que se gastara ese dineral. Por lo que finalmente Aaron me iba a dejar su móvil antiguo hasta poder conseguir uno propio, pero necesitaba un nuevo número, iría hoy a la tienda—. Y he estado con la familia de mi madre, mi abuelo estaba muy grave y quería despedirse antes de...
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3. La Profecía (Saga «La Única»)
مستذئبLa profecía se está cumpliendo. Se están juntando parejas de diferentes clanes uniendo los dos reinos y eso es algo que nunca antes había sucedido pero a la vez se están formando dos bandos diferentes a causa de algunas decisiones tomadas desde el...