3| VICTOR

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De nuevo por aquí. 

Me gustaría dedicar este capítulo a Gabrielarodriguez102

Espero que os guste el capítulo. No olvidéis darle amor y apoyo con vuestros votos y comentarios. ¡Gracias por todo y disculpad tanta demora! 

| Aullidos a la luna 🐺​​🌕🤍

Mar.

Mar

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Nora no regresó a casa de inmediato. Dado que su madre estaba de viaje, Aaron y yo la convencimos de que pasara unos días en nuestra casa para asimilar todo lo que estaba sucediendo. Mis tíos insistieron en que no asistiera a clases durante toda la semana y esperara hasta el lunes, algo que realmente molestó a mi chica. Me causó gracia cómo refunfuñó en desacuerdo; al parecer, le gustaba ir al instituto, y el hecho de que Aaron y yo sí íbamos la incomodaba aún más. Aunque su molestia desaparecía en cuanto llegábamos a casa y me arrastraba hasta mi habitación para hablar o hacer algo juntos.

Esa semana intentamos aparentar tranquilidad antes de hacer la audiencia de Nora, había sido relativamente fácil hasta que había llegado el fin de semana. Al día siguiente sería la audiencia en clan.

Nora y yo nos encontrábamos viendo una película en mi portátil mientras estábamos tumbados en la cama, pero ninguno de los dos estaba realmente viéndola. Mi cabeza estaba en el piso inferior, donde Aaron y mis tíos se encontraban reunidos en el salón con Karlie y su madre por primera vez. Tenía mucha curiosidad sobre la conversación que se estaba llevando a cabo. Nora tenía la mirada perdida y estaba convencido de que su mente estaba en la audiencia de mañana.

—¿Estás bien? —pregunté al ver su expresión. Ella suspiró.

—Si te digo que no, ¿saldrás huyendo?

Me reí entre dientes pasando un mechón de su precioso cabello por detrás de su oreja.

—Prueba a ver. —Nora se giró hacia mí mordiéndose el labio queriendo esconder una sonrisa. Le di un pequeño beso en la comisura—. Es normal no estar bien, cariño. Es demasiado para asimilar en tan poco tiempo y sé que estás asustada. Yo también lo estoy.

—¿De verdad? ¿De qué tienes miedo?

—De que la situación se escape de nuestro control, de esta extraña unión de clanes y lo que puede suponer, de ser el líder del clan... —«De perderte», pensé. Suspiré—. Todo está cambiando.

Nora apoyó su cabeza en mi hombro y aproveché para colocar mi mano en su cadera y acercarla más a mí. Su camiseta se levantó un poco y aproveché para hacer círculos suaves para tranquilizarla, me gustaba su tacto, sentir su suave piel entre mis dedos. Nora jugueteó con el colgante que le regalé, no se lo había vuelto a quitar.

3. La Profecía (Saga «La Única»)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora