---Emma---
Si alguien en la familia debió morir... no debió haber sido Sara.
El papel de la hermana mayor que desenfocaba Sara, siempre fue perfecto. Ese día Esperábamos noticias de ella, no aparecía por ninguna parte y mis padres estaban desesperados, yo lo estaba y mucho, me sentía culpable por alguna razón desconocida. Horas después de búsquedas por las calles, llamadas a familiares, amigos y conocidos, mi padre recibió una llamada que lo empalideció por completo. Colgó el teléfono y salio inmediatamente de la casasin decir una palabra a mi madre o a min. A su regreso, esperábamos buenas noticias, y con más suerte, que regresara con Sara, pero lo que trajo con sigo fue todo lo contrario... Sara estaba muerta.
***
Si a ella la hubieran diagnosticado con cáncer, yo también la hubiera apoyado y animado para seguir adelante como ella lo hacia, es horrible tener que continuar sin ella, sin su apoyo. Pero no por eso debo ni voy a rendirme; por ella. No debo temer a mi enfermedad: "El miedo no se teme así mismo, pero si hace temer a los demás; somos nuestro propio miedo Emma ¿Lo entiendes?".
---Sara---
*Una semana después de mi muerte*
¿Se acerca a mi? -Por favor... por favor... nota mi presencia... -Levanté la mano, para ver si esta vez Emma la veía- ¿Qué tan enfermizo es observar (o muchos llamarían espiar) y querer interactuar con tu familia cuando estas muerta? ¿Acaso es normal? Las series televisivas que veía con Charlotte, me habían mostrado que las almas en pena buscan a su familia y en ella buscan a la persona más abierta en espiritualismo para que las ayudaran a encontrar el Nirvana y subir al cielo ¿no? pero... ¿Era un alma en pena para empezar? ¿Eso existía? Mmm... -me paré de la mesa del comedor donde me encontraba, y me acerque a la barra donde Emma dibujaba algo, era ella y yo... de niñas. Observe cada detalle del dibujo y por donde lo viera era hermoso, la nostalgia me invadió cuando vi el pelo de Emma a la altura de sus hombros, cuando estaba sana y yo viva. Me giré a ver su cara y lo único que logré ver fue un rostro melancólico y apagado... no traía puesta ninguna de las pelucas que mamá le había comprado, pero aun así lucia muy bella.
***
Era tarde y pronto anochecería. Subí a mi habitación (o lo que ahora quedaba de ella), estuve caminando por el lugar, hasta que me recargue en mi ventana y comencé a ver el patio, una silueta apareció de repente y saludo levantando una mano al aire.
-¿Podrías salir? -Parpadeé un momento para asimilar la pregunta y voltee para ver si se encontraba alguien detrás de mi... nadie- Oye... date prisa, no quiero que tus padres me vean, y si lo hacen, que piensen que un loco invadió su jardín -Me sonrió ¿Eh? Me desconcerté y por un momento me pregunte si estaría soñando ¿Lo estaba?- ¡OYE! R-e-a-c-c-i-o-n-a -Mis ojos se presionaron una vez más, e intente abrir la boca para hablar pero me había quedado sin palabras.... No entendía nada, ¿Quién era el chico? ¿Me hablaba a mi?, la última pregunta me fue respondida dos segundos después- Sara ¿Me escuchas? -Mi pelo se erizo al escuchar mi nombre salir de la boca de ese desconocido. Retrocedí dos pasos y me oculte en la sombra que ofrecía mi habitación. ¡El me ve! sonreí. No tenía ni una idea de quien era aquel muchacho pero ¡Me veía! Corrí y baje las escaleras, me paré frente a la puerta principal ¿Cómo sabe mi nombre? Me tense, y dude en traspasar la puerta, no había mucho que perder, lo que me importaba de verdad, ya lo había perdido y estaban dormidos en esta casa. Traspasé finalmente la puerta, el chico me miro y sonrió una vez más. Era alto de pelo color azabache y ojos del mismo tono, su musculatura era mayor a la de los otros chicos, su piel era blanca, se veía... peligroso.
-¿Quié... quién eres? -Logre decir al fin. Sonrió y se acerco donde la lámpara del jardín lo aluzaba y me dejaba verlo mejor. Ni idea de quien era. Saco una lata de refresco de su pantalón, la abrió y comenzó a beberla, de pronto se puso serio y me miro fijamente.
-Tu salvación -respondió.
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Volver a Respirar
De TodoPrólogo: Recuerdo muy bien esas luces, como se acercaron a mí rápidamente y me destruyeron sin poder siquiera reaccionar para defenderme. No podía moverme, pero podía ver el cielo que tenía de frente, sentía una especie de carga sobre mi cuerpo: dol...