Los dones ventura

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Esa semana había pasado sin más incidentes, y los gemelos, tal como lo habían prometido, habían pasado el fin de semana con sus hermanas.

La noche del domingo, Alex entra a su dormitorio, una habitación cuadrada de paredes de cemento blanco con algunos diseños de lunas y estrellas pintados en el techo, había una cama de cada lado de la recámara, una con sábanas azul oscuro y otra negras; Dorian ya se encontraba sentado en la última, con una camiseta blanca de ropa interior y un pantalón azul afelpado.

Al escuchar abrirse la puerta, Dorian mira a su hermano con una sonrisa suave y este le devuelve una mueca apenada.

—¿Te importa dormir solo hoy? —inquiere Alex, la sonrisa de Dorian inmediatamente se disuelve.

—¿Por qué? —cuestiona Dorian con dolor.

—Por favor, sabes que no tengo problema con dormir contigo ni apoyarte, pero quiero una noche de sueños tranquilos —explica Alex con tristeza —Vamos, dormiré contigo el resto de la semana, puedes usar las pociones de Morgana ésta vez, ¿sí?

—Bien —accede Dorian bajando la vista —¿Dormirás con Milly?

—Ajá —exclama Alex acercándose con cuidado a su hermano para tomarlo por la barbilla y levantarle la cabeza —Oye, eres el más fuerte de los dos, sobrevivirás una noche sin mí

Dorian sonríe suavemente y asiente una vez, Alex le devuelve la sonrisa antes de soltarlo y dar media vuelta, prepara su cama con cuidado y sale del cuarto, avanza por el pasillo de verdes paredes hasta una puerta casi al final del mismo, la abre con cuidado, dejando ver las paredes celestes con decorados de mariposas, libélulas, aves y huellas, pegada a la pared del fondo, justo al centro hay una cama con sábanas rosadas y sentada en la orilla de ésta, la pequeña Milly se encuentra cepillando sus largos cabellos negros.

—Toc toc —dice Alex anunciando su llegada, la pequeña voltea su cabeza hacia la puerta y sonríe con cariño.

—¡Alex! —exclama alegre dejando el cepillo en su cama, levantándose de un salto y corriendo hasta ser recibida en los brazos de su hermano mayor.

—¿Cómo estás, pequeña?

—Bien

—Oye, ¿puedo dormir contigo hoy?

La pequeña asiente dos veces y levanta ambos brazos, Alex la levanta con cuidado y la abraza cargándola hasta su cama, con cuidado la sienta en la orilla y acaricia su cabello cerrando los ojos.

—Trata de permanecer despierta un momento, ¿sí? —pide y siente a su hermana asentir —Bien, una, dos, tres

Ambos se separan con los ojos abiertos y hacen contacto visual por varios segundos, entonces, un haz de luz violeta aparece en los iris de ambos, trazando un espiral hasta ser absorbidos por sus pupilas, inmediatamente los ojos de Milly se tornan pesados y somnolientos.

—No te duermas aún, por favor —pide Alex y Milly asiente —Quédate sentada pequeña Lumelita

La pequeña sonríe con ternura y Alex sale a paso rápido del cuarto, atraviesa el pasillo a pasos largos sintiendo como el sueño se adueña de su cuerpo, entra a su habitación y cierra la puerta tras él, ve a su hermano sentado en su cama con un vaso lleno con un extraño líquido que oscila entre el gris y el azul, Dorian le da una sonrisa suave y levanta el vaso cuando lo ve sentarse en la orilla de su cama.

—Buenas noches Alex —se despide tomando el líquido.

—Buenas noches Dorian —responde Alex acostándose y cerrando los ojos para caer dormido casi de inmediato.

Un montón de neblina gris se hace presente y poco a poco empieza a disiparse dejando ver un páramo nevado lleno de árboles muertos, pese a verse nostálgico es, de hecho, bastante hermoso.

Valerius: Leyendas y Dones de BrujoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora