Ducha.

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Capitulo 8:

Me asegure de llevar a Satoru al hospital, aunque en realidad, sabía cuál era el problema. Estaba demasiado preocupado por su estado como para prensar correctamente sobre ese hecho.

Cuando llegamos la enfermera lo reviso y nos explico lo que ya sabíamos. Satoru trato de aclarar que la marca no era mia. Aunque no me importara. Satoru se preocupaba de que supieran que yo le había hecho daño.

Sinceramente, le limpiaron la herida. Fue doloroso si. Al principio tenía ganas de llevármelo y ya, solo por no querer ver su cara de sufrimiento, pero al menos todo partió bien y nos pudimos ir más tranquilos.

Le pregunte si aquello era normal. Me dijo que tenía mucho tiempo sin doler de esa forma y me preocupe terriblemente.

Eso significaba que estaba cerca.

Que lo había encontrado.

Aunque. No quería hacerlo. No quería meterse en su vida privada. No era lo que deseaba.

Pero si las cosas marchaban así, tendría que preguntarle quién era. Que había hecho, que papel jugaba Megumi en todo esto.

Pero cada vez que esos ojitos llenos de ilusión y amor lo miraban todo pensamiento serio y corriente terminaba siendo descartado en totalidad. Solo para confirmar lo loco que estaba por el albino.

Entonces entro a la habitación del hotel. Allí estaba, con ropa suya. Viéndose en el espejo, orgulloso de lo que se había robado. Con el cabello alborotado y lleno de flores. Dios. Que belleza.

Creo que Satoru tiene un ritual diferente. Enamorar a la gente. Por que, Dios. Esto no es normal.

Cuando me vio se paniquio. Me dio mucha ternura cuando movió sus manos con ansiedad tratando de esconder su travesura. Como un niño pequeño.

—¿Qué estás haciendo, Satoru?— Me acerqué peligrosamente y entro en pánico.— ¿que traes puesto?

—¡Nada!— Grito rápido y se tiró en la cama cubriéndose el cuerpo.— Nada de nada.

—Con que nada eh...—Lo observe.— Ok.

Me di la vuelta haciéndole creer que me había ganado, pero entonces me le tiré en la cama y comence a hacerle cosquillas, se rió y retorció mientras le quitaba la sábana.

—¡Aja! ¿Que haces con mi ropa Satoru Gojo?

—Este...te extrañe.

—¿Los 5 minutos que fui a pagar la habitación?

—Fue mucho.

Se excuso y casi me muero de risa cuando me abrazo para ocultar sus mejillas sonrojadas. Su espalda se veía tan linda con mi camisa tan ancha.

Y Dios. Olía como mio.

Como me gusta que huela como mio.

Es frustrante para mi alfa no marcarlo porque. Nunca va a hacer mio totalmente, no puede oler a mio mientras no tenga mi marca. Y lo se bien.

Pero no lo hare. No lo hare. El no lo quiere así.

No voy a traicionar esta confianza que me ha costado tanto.

—Amor...¿te puedo pedir algo?

Mi corazón dio un vuelco, quite ese pensamiento de mi cabeza para poner mi atención en esos hermosos ojos cielo y esos labios que sabían a gloria. Los mismos que habían pronunciado esa linda palabra.

—Lo que tú quieras. Pero dilo de nuevo.

—¿Mhm? ¿Que cosa? ¿Amor?

Hice como que me daba un paro al corazón y sus mejillas se calentaron más, haciéndome reír.

Blue Lights [Satosugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora