Buscando un final Feliz

Capítulo 8 (Parte 1)

La Sala de Menesteres
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Ambos logran escuchar el fuerte estruendo proviniente de una de las paredes, justo donde debería verse el tapiz de Bárnabas el Chiflado, ahora se haya una puerta gigante del mismo porte del gran comedor sólo que su madera parece más oscura. Griffyndor y Slytherin se miran intrigados, cayendo en un entendimiento tácito y silencioso: Eso no estaba allí.

El primero en acercarse es Prince, acortando la distancia con premura y aunque sus manos siguen enredadas, la del chico pálido parece atraer al Griffyndor para que pueda detallar más la nueva adicción del castillo.

       — ¿Qué es esto? — la pregunta sale entre susurros, Harry se siente increíblemente receloso de la habitación, mismo sentimiento que se refuerza al ver la curiosidad goteante del Slytherin.

Prince ahora toma el picaporte, tomándose el tiempo para sentir el pomo antiguo antes de girarlo y adentrarse en aquella habitación. El Griffyndor toma la delantera, sospechando de cada centímetro del lugar.

       — Potter, estoy seguro de que Hogwarts no nos mostraría una sala que antes no estaba sólo para suponer un peligro inminente — reclama el más bajo, sintiéndose levemente fastidiado por la actitud protectora del león. Harry no flaquea a su disgusto, ni siquiera se molesta en mirarle, solo continúa usando su cuerpo como escudo ante cualquier sorpresa.

    — Créeme Prince, he estado más tiempo aquí — Un recuerdo rápido de un Cerverus, un espejo trampa, la cámara de los Secretos, el Bosque Prohibido e incluso el salón de posciones que los metió a todos en este dilema son suficientes razones para dudar, además de ello se encuentra la fecha, sí bien Harry está completamente convencido de que Voldemort ha muerto, el trauma que recae en los días de octubre lo persigue todavía en las noches — Puedo asegurarte que no sería una sorpresa — agregó.

Sin embargo no queda demasiado en lo que dudar luego de tres pasos. Frente a ellos solo se ve algo similar a sala común de Griffyndor, una chimenea encendida, sillones dispuestos a su alrededor y decoración semejantes a una biblioteca o estudio, todo organizado de manera en que aquel lugar no pueda compararse a ninguna casa, pues la ausencia de los colores correspondientes a estas es obvia. 

Despejando las dudas sobre el lugar, Harry suelta la mano pálida del Slytherin z quien no corto ni perezoso se adelanta a inspeccionar todo rincón, detalle o libro. El león al contrario se toma su tiempo para observar la chimenea, allí junto a la madera crepitando el Griffyndor llega a una conclusión patidifusa, es tan solo una tontería y está casi completamente seguro que su acompañante ya ha llegado a la misma conclusión.

      — Esté lugar, Hogwarts nos mostró este lugar cuando dije que quería descansar — anuncia el de lentes, girándose de imprevisto a las estanterías polvorosas y anticipadas. Poco sorprendido se encuentra con la mirada azul de Prince, esté solo lo mira con ojos expresivos.

Él no asiente, pero su respuesta es exactamente lo que ambos saben — Es la Sala de los Menesteres — aclara en murmullos. El silencio del lugar es tal que parece incorrecto interrumpirlo — En "Hogwarts: Una historia" es levemente mencionada, sin embargo no parecía ser, de hecho, real —

       — ¿A que te refieres? —

       — La sala que viene y va, una sala que se adapta a tus necesidades o deseos. Es real — expresa el ojiazul, su emoción parece estar disfrazada. De pronto su rostro se contorsiona en confusión, girándose con el ceño fruncido hacia el chico de lentes — Un momento, ciertamente apareció luego de que dijeras que querías descansar, pero puedo alistarte que muchos estudiantes han deseado una cama a mitad del pasillo y este lugar no se ha pronunciado —