Capitulo 10

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Accidente en las alturas


Esa mañana se había despertado con un aspecto más gris y lúgubre de lo que muchos esperarían para el inicio de la temporada de Quiddich.
La euforia se sentía a lo largo del gran comedor, chicos y chicas de Griffyndor y Hufflepuff apostaban o comentaban la naturaleza de quién ganaría, aunque los leones parecían mucho más soberbios con respecto al tema. Contrario a la alegría que manifestaba casi toda la escuela, dos individuos en específico parecían ajenos al ambiente.

En su mesa y con mal aspecto, Harry consumía sus huevos y tocino a duras penas, desde que despertó esa mañana, su estómago había sentido una inusual pesadez que le hacía sentir enfermo, creyó en primera estancia que serían nervios, pero incluso en su primer juego la sensación había sido diferente. Subió su mirada para encontrar a Desstiny ignorando el parlamento de los Slytherins, específicamente al idiota de Malfoy, qué sin tener que escucharlo Harry estaba seguro que apostaba por su muerte.
Pero no importaba, después de todo no era algo antinatural. O eso creía el.

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A su vez pero en dirección a la mesa de las serpientes, Desstiny Prince se aferraban a su paciencia más profunda para no partirle la nariz al heredero Malfoy.

       — Cómo decía, entregaría todo el dinero que tengo por ver a Potter caer de su escoba — río ruidosamente el Rubio, escuchando las vagas afirmaciones de sus compinches descerebrados, quienes también reían como sí aquello fuera realmente el mejor chiste del mundo.

En su puesto, Desst apretaba los nudillos con bastante fuerza.
Sus ojos de una vez cayeron en el chico de lentes en Griffyndor, el mismo que parecía desanimado e inclusive un poco enfermo. Él no era tonto, había notado desde que se despertó que Harry no se sentía bien, incluso lo había escuchado susurrar acerca de "la suerte Potter" algo de lo que no estaba seguro de cómo interpretar, pero que sea lo que sea, no parecía ser bueno para el león. Su visión estaba tan concentrada en Harry que le costó bastante darse cuenta cuando una niña de cabello blanco se acercó a su costado.

      — Hoy no parece un buen día para jugar Quiddich, alguien podría caer de su escoba — había dicho la niña. Desstiny giro rápidamente para encararla encontrándose con el holgado uniforme Ravenclaw que contrastaba profundamente con los ojos casi transparentes de la jovencita. Ella solo miraba a Harry con una expresión soñadora, cualquiera que la viera pensaría que estaba distraída, pero esa frase dicha no provocó más que alarma.

Desstiny se levantó de su asiento para mirarla fijamente — ¿A qué te refieres? — preguntó sombríamente sin siquiera pensarlo. La mesa de Slytherin pasó su atención del Malfoy al nuevo integrante no convencional de la casa, pues no era normal verle hablar con otro estudiante que no fuera Potter.

La niña le miró con una sonrisa suave — tienes muchos Torposolos girando alrededor de tu cabeza, quizás por eso el mundo te parece confuso — murmuró más para sí misma que para Prince.

Un poco desencajado e incómodo, Desstiny mantuvo su interrogante — ¿De que demonios hablas? —
La sonrisa ajena fue menos que esclarecedora — no te preocupes, pronto entenderás — finiquitó la rubia, alejándose entre saltos hacia la mesa de las águilas.

Para entonces, Desstiny sentía que la maraña de sentimientos e ideas que abordaban su mente y lo confundían hace un momento, no fueron nada en comparación a la clara desventaja mental que tenía ahora mismo. Su memoria jugó de su lado intentando repetir la extraña conversación con la chica, pero son importar cuanto lo hiciera, solo había una frase que le causó agravio.

Sin saber realmente como reaccionar, su mirada se clavó todavía más fijamente en el chico de lentes, quien debió haber sentido su agravio puesto que en el momento en que sus miradas se encontraron, le devolvió una suave sonrisa, sin embargo Prince podía sentir lo forzada que era.
Por el resto del desayuno sólo pudo repasar su mal augurio mientras se preguntaba si debía preocuparse.

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