II ★Deja vu??

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1... 2... 3...

Mi mano se estiró para cerrar el telón. Había ido a el teatro con pijama, ¿pero a quién le importaba? Si al final simplemente era una persona atrás de este, aunque aveces siento que mi vida es como mi estancia atrás del escenario.

Cuando termine la obra probablemente iría de nuevo a mi casa, no es que tenga muchos amigos para salir, y hasta yo me preguntaba si esos realmente eran amigos que valía la pena frecuentar.

En cuestión, mi tortura mental detrás de escenas no duró tanto como mi cerebro lo estimaba, antes de que nadie pudiera notarme me escabullí a mi casa como una rata de alcantarilla, tan discreto era que nisiquiera mi familia notó cuando abrí y cerré la puerta de un solo portón.

¿Esta era mi vida? La adolescencia con la que soñé desde que era un niño se había convertido en esta rutina e invisibilidad absoluta, quizás era mi culpa, siempre quise creer que yo era el problema y que si cambiaba yo también lo haría mi alrededor, pero no, nada de eso cambio, y ahora estaba condenado a consumirme a mí mismo lentamente en el mismísimo infierno mientras nadie más que yo era consciente de ello.

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Lo que faltaba, de nuevo me estaba mareando, mi visión era borrosa ante el más mínimo movimiento y mis oídos se tapaban en lo absoluto. Era como una vez hace varios años, una vez de pequeño que cada que intentaba recordar se veía empañada y temblorosa.

Me hice el iluso cuando recargue mi cabeza en una pared, pero no, en su lugar, solo pude ver como una espesa y horrenda luz blanca me rodeaba hasta dejarme sin escapatoria mientras escuchaba gritos a mi alrededor, llantos, y una mano agarraba mi muñeca bruscamente, sentía que me faltaba el aire, y creí que había muerto cuando dejé de escuchar todo a mi alrededor con tan solo un pinchazo en la mano.

Los llantos de un bebé lejanos hicieron que abriera los ojos lo más grande que mis párpados me hubiesen permitido, y si, mis sospechas de estar en un hospital se estaban volviendo reales. No soy de pisar seguido un hospital, pero ahora con el suero a mi lado y una enfermera mirando a mi lado con una mirada desquiciada iba a ser imposible siquiera pensar en cómo fugarme de aquí.

La muy perra de la enfermera en lugar de hablarme a mi fue directo hacia el doctor del turno a jalarlo del brazo para decirle que ya me había despertado, yo estaba desorientado, pero almenos no tan paranoide como la enfermera.

Lo común, me revisaron los latidos del corazón y me abrieron los ojos de par en par con una molesta luz que dilataba mis pupilas. Mi mirada estaba ausente en su totalidad, era difícil escuchar tan solo un poco de lo de mi alrededor, por más que metía mi dedo dentro de mi oído no conseguía destaparlo. Lo raro es que desperté de mis pensamientos de la forma que menos esperaba.

Una sombra... Su sombra...

El chico alto y delgado con cabello largo que aparentemente estaba detrás de una cortina...

Me levanté apresuradamente para abrir la cortina, esperando encontrarlo esperándome, pero en su lugar solo encontré a un anciano respirando con dificultad, su rostro era tremendamente pálido y sus labios se tornaban cada vez más morados, la atención del doctor se desvió de mí hacia el viejo que parecía estar muriendo, eché varios pasos atrás hasta volver a caer en mi cama, mi ilusión se había esfumado, y dentro de unas horas ya estaban cubriendo al pobre hombre con una manta blanca para llevar su cama arrastrando por todo el largo pasillo...

-¿Estás bien?- Una enfermera se acercó a pregunarme.

-Si...- Contesté cabizbajo para luego preguntar- ¿Cuándo me darán de alta?

-Umm... Supongo que pronto, tu familia dijo que te desmayaste de repente y te quedaste tirado afuera de tu habitación. Solo hay que ver si no te lesionaste en la caída-

-No me lastimé, estoy perfectamente bien-

La enfermera se dio la vuelta con algo de incomodidad mientras yo suspiré acostado, mirando al techo, esperando salir pronto, no explico mi urgencian pero es de suponer que a nadie le gusta estar en un hospital, mi único consuelo ahora sería dormir, tratando de olvidar todas mis pensamientos...

Abrí los ojos de nuevo, estaba soñando, y eso lo tenía bien claro.

-Vaya, que día más loco-

-Verdad-

-¿Te sientes bien?-

-Eso creo-

-Te desmayaste-

-Lo sé-

-Pero...-

-Shh-

-¿Qué?-

-Que te calles-

-¿Por qué?-

-Por que te vi, juré que estabas detrás de una cortina y cuando la abrí solo vi a un anciano en sus últimos momentos de vida-

-¿Y esa es mi culpa?-

-Sí-

-...¿Lo recuerdas?-

-¿Recordar qué?-

-Cuando eras niño...-

Lo pensé y lo pensé, hasta recordar que lo mismo había pasado 10 años atrás, cuando acababa de cumplir 6 años y al intentar dormir sentí una punzada en el estómago que me dejó inconsiente y sin aire. No fue exactamente igual, el punto es que me habían llevado al hospital, tal y como se sentía ahora.

-Si... Ahora lo recuerdo.-

-Y yo te acompañaba en cuanto dormías-

-¿Estás alardeando de algo?-

-No-

-¿Entonces? ¿Te crees un ángel guardián o algo por el estilo?-

-...-

-...Lo siento... Cuando era un niño creí que eras un amigo imaginario que desaparecería con el tiempo. A veces pienso que cuando te veo estoy alucinando o volviendome loco-

-No estás loco-

-Quien sabe-

-No lo estás-

-¿Cómo estás tan seguro-

-No lo sé-

-Jodete, Bill-

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My little Fairy  | TOLLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora