Salimos de la universidad, reuniéndonos todos a las afueras. La tarde caía sobre la ciudad y decidimos tomar un taxi hacia un restaurante cercano, aprovechando la oportunidad para seguir conociéndonos en un ambiente más relajado.
En el taxi, Becky y Tara compartieron una idea emocionante que llenó de entusiasmo el pequeño espacio del vehículo.
— ¿Qué les parece si organizamos una noche de juegos en casa la próxima vez? — sugirió Tara, con una chispa de emoción en los ojos.
Becky asintió con una sonrisa cómplice y agregó: — Podemos preparar algunas sorpresas, tal vez juegos temáticos o incluso un pequeño torneo. ¡Será genial!
La idea resonó en el grupo, generando risas y sugerencias de juegos favoritos. Mientras compartíamos nuestras expectativas para la noche de juegos, el taxi nos llevó por las calles iluminadas de la ciudad.
— ¡Eso suena genial! Podríamos traer nuestros juegos favoritos y hacerlo aún más divertido — sugirió uno de los nuevos compañeros.
Becky y Tara intercambiaron miradas entusiastas, y Becky continuó: — También podríamos incluir algunos juegos de mesa clásicos y ver quién es el campeón en cada uno.
La atmósfera dentro del taxi estaba cargada de anticipación y energía positiva. Todos estábamos emocionados por la idea de fortalecer la amistad a través de una noche llena de risas y competiciones amistosas. Mientras compartíamos estas emociones, el taxi se detuvo frente al restaurante. La charla animada continuó mientras nos dirigíamos hacia la entrada, llevando consigo la promesa de futuras aventuras y vínculos más fuertes
Al llegar al restaurante, nos encontramos con un lugar espectacular, el más lujoso de Tailandia, ubicado en el corazón de Bangkok y conocido por su exquisitez culinaria. La entrada majestuosa y la decoración opulenta dejaron a Mint, Tara, Becky, Heng y los demás compañeros impresionados.
— ¡FUA, este lugar es increíble! — exclamó Mint, mirando a su alrededor con ojos brillantes.
— Es el restaurante más famoso de la ciudad. ¡Qué suerte que vinimos! — comentó Tara, maravillada.
Becky asintió, admirando el ambiente elegante. Mientras nos dirigíamos a nuestra mesa, la pregunta flotaba en el aire: ¿quién iba a pagar la cuenta?
— ¿Alguna idea de cómo resolveremos eso? — preguntó Heng con una risa, mientras nos sentábamos.
Uno de los nuevos compañeros bromeó: — ¿Tiramos una moneda?
Las risas resonaron en la mesa mientras deliberábamos sobre la cuestión del pago.
Al sentarnos, cada uno examinó el menú repleto de delicias tailandesas. Mint se emocionó al ver el Pad Thai, Tara se tentó con el Tom Yum, y Becky sugirió probar el Som Tum picante.
— Este lugar es una joya culinaria, ¡vamos a necesitar más estómagos! — bromeo Nam provocando risas en la mesa.
La camarera, notando nuestra diversidad de elecciones, sonrió y tomó nuestras órdenes con gracia. Mientras esperábamos ansiosos nuestra comida, la conversación se desvió hacia la noche anterior.
— ¿Y qué pasó exactamente después de que nos fuimos del bar? — preguntó de los Heng, con una mirada juguetona.
Becky y yo intercambiamos miradas cómplices antes de que ella comenzara a relatar con dramatismo la historia de nuestra inesperada llegada a la universidad después de aquella noche memorable.
— ¡Fue como una película de acción y romance tailandesa! — exclamé, exagerando los detalles y arrancando risas en la mesa.
La camarera volvió con los platos exquisitamente presentados, y entre risas y anécdotas, nos sumergimos en la experiencia gastronómica.
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Está noche serás mia (G!P)
RandomEn las noches de Bangkok, Becky y Freen descubren la pasión, pero el destino les revela un giro inesperado: la llegada de la maternidad. Entre secretos y destellos de la ciudad, esta pareja navega la complejidad de la intimidad y se embarca en el de...