Una nueva vida para el último Uchiha, sin sus recuerdos, volviendo a ser un infante. Pero con el tiempo sus memorias volverán a él, o tal vez jamás vuelvan.
Todos los personajes que aparescan, no son mios, ni tampoco las imagenes, creditos a sus res...
El sol volvía a levantarse, mostrando toda su luz a los habitantes dentro de las murallas. Un día más empezaba, todo transcurría de forma común, la gente comenzaba a salir a sus trabajos, ordenar sus hogares, etc.
Nadie hubiera imaginado que ese día común se convertiría en el día en que su paz y tranquilidas sería arrebatada de manera atros.
En bosque un poco alejado del pueblo, se encontraba un azabache escalando un arbol, no utilizaba sus manos, utilizando solamente sus pies. Todo era visto por un viejo, quién observa el avance de su nieto.
El azabache finalmente logró llegar a una rama, completando su entrenamiento.
- Bien hecho, Sasuke. Lo lograste en un corto tiempo, baja te debo de entegar algo-
- ¡Gracias abuelo!-agradecio el muchacho, seguido dejo de concentrar el chakra en sus pies y se dejo caer, para segundos antes de chocar contra el suelo este diera una vuelta en el aire cayendo de pie, evitando cualquier lesion-
A continuación el muchacho fue con su abuelo, quien se encontraba sentado a los pies de un gran arbol.
-sientate-
El Uchiha obedeció.
-Sasuke, a esta corta edad lograste progresar mucho más que los del clan Uchiha, incluyendome, demostrando un gran potencial en el arte ninja, es por eso que tu entrenamiento básico ha términado, felicidades-sus palabras índicaban un gran orgullo por su nieto-
- Hump, sabía que era mejor que todos ellos-diría engreídamente, mostrando una ligera sonrisa, pero por dentro estaba que gritaba de emoción-
- Deja de presumir o no te entregaré tu regalo por finalizar tu entrenamiento básico-
- Tsk, okey, viejo.-dijo desviando la mirada con cierta vergüenza.
- Asi me gusta, ahora, ten-sacó de detrás suyo un pergamino de tamaño mediano-
Sasuke tomaría el pergamino entre sus brazos, era un tanto pesado, su mirada reflejaba curiosidad y cierta emoción. Colocó el pergamino en el suelo, lo deslizo, abriendolo, revalando un gran sello, esto solamente emocionaría más al azabache, al saber que era un sello de almacenamiento, infundió un poco de chakra y al siguiente segundo una pequeña e inofensiva bomba de humo aparecio en la superficie del pergamino, revelando unos objetos; una katana y 6 pergaminos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Ahora que has completado tu entrenamiento básico, es momento que resivas tú recompensa, tu espada kusagani-dijo con un notable orgullo-
El azabache no fue capas de ocultar su asombro y emoción, sin decir ninguna palabra tomo la espada, levantandola con las palmas de sus manos, con una gran sonrisa.
