Capítulo 5

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Faltaban unos cuantos días para el cumpleaños de David, y karlo lo invito a su casa un par de días antes de su cumpleaños, para pasar el rato; tal vez jugar un poco y ver la película que más les gustaba, tomando chocolate caliente acompañado de unas galletitas.

-Estoy muy emocionado por mi cumpleaños- repetía David con emoción.

-David,¿te gustan los gatos?- le pregunto karlo.

-Sí, me encantan, son adorables- respondió David.

- Ya veo, a mi me gustan más los perros, en especial los que son alegres y energéticos- dijo karlo.

-¿Cómo los golden o los dalmatas?- David pregunto.

-Andale como eso, son muy divertidos y lindos, me recuerdan a ti- esa respuesta tomo por sorpresa a David, haciendo lo sonrojar.

-¡Por dios karlo! Si los otros niños te escuchan diciendo eso, van a pensar que te gusto- Le dijo David tapándo le la boca con sus dos manos, con la cara roja cual tomate.

-Me da igual, no me importa que piensen eso, ya llevamos más de un año de conocernos, creo que ya hay confianza. ¿No crees?- Dijo karlo con una sonrisa.

-Pues si, pero los demás no lo entienden-

-¿Y qué? Siempre y cuando, tú y yo estemos cómodos con eso todo estará bien, no deberías dejarte influir por lo que dice la gente, ellos siempre hablaran, seas bueno o malo- Karlo siempre lo hacia pensar las cosas dos veces y dudar, pero debía de admitir que... el siempre tenía razón.

-Tú siempre tienes la razón- le dijo David.

-Obviamente- sonrió karlo con orgullo.

-Agh presumido- David le dio un golpecito en la cabeza a karlo.

Acabando las clases, ambos se fueron a la casa de karlo donde se la pasaron muy bien, todo iba como karlo lo planeado, solo faltaba una última actividad para concluir perfectamente; la cual era ver su película favorita.

-¿Ya terminaste David? Tardas mucho- le preguntaba karlo impaciente a que David saliera del baño para ver la película.

-¡Ya voy! Pero que impaciente eres-Le respondió David saliendo del baño con su pijama de estrellitas.

-¡Tardas una eternidad!- reclamo karlo

-Tú crees que mi hermoso cabello ¿Se cuida solo? Pues fíjate que no- Dijo David un poco molesto.

-Bueno ya,vamos a la cama, me gustaría enseñarte algo- Le dijo karlo suspirando, dirigiéndose a la cama tomando la mano de David, acurrucados juntos en la cama.

-¿Listo?- pregunto karlo

-Sip, listo-

-Bueno- seguido de esto karlo apago la luz dejando en oscuridad la habitación, salvo el techo de esta, el cual estaba lleno de brillantes estrellas y planetas, de todos los tamaños, era realmente hermoso, los ojos de David no pudieron evitar iluminarse ante tal hermosa vista, era una de las mejores sorpresas que había recibido,incluso considero no ver la película para poder seguir contemplando aquella hermosa vista, pero decido continuar viendo la película.

-¿Te gusto?- le pregunto karlo

-Sí, fue realmente maravilloso, ¡Gracias karlo! Me conoces mejor que nadie- respondió David abrazando a karlo y regalándo le su tan característica sonrisa en manera de agradecimiento.

-No es tan difícil saberlo-Dijo sonrojado.

-Tienes razón, pero no cualquiera haría esto por mi- le dijo David.

Al termino de la película ambos se quedaron profundamente dormidos, abrazados fuertemente, debajo de aquel espectáculo de estrellas y planetas luminosos hechos a mano por el mismo karlo, para sorprender a su persona favorita.
La persona que lo hacía sonreír todos los días, la persona que olía a su shampoo cuando se quedaba en su casa, esa persona tan especial como para hacerle aquel maravilloso espectáculo visual con tanto amor y cariño.

Un Buen Café Con Leche Donde viven las historias. Descúbrelo ahora