S I E T E

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Familia...

Sonreí abiertamente mientras les hacía un espacio en el medio para que coloquen sus almohadas en esa parte y duerman como tanto deseaban.

— Papito, ¡pon esa pelicula que nos gusta ver para poder dormir tranquilos! — me levanté para poner el DVD de la pelicula "Son como niños". Les gustaba ver siempre antes de dormir, no entendía como es que no se cansaban de verlo.

A mi me tenían cansado, podría jurar ue se saben las escenas de memoria aunque esta vez fue diferente, Tom y los niños reían divertidos por las escenas y yo también reía pero de la felicidad de verlos así con su papá de verdad.

Mierda.

¿Por qué, Tom?

¿Por qué les arrebataste las ganas de tener una familia normal a nuestros hijos?

Son siete años que han pasado de eso y creo que no voy a olvidarlo nunca, ni siquiera recibiendo terapia.

Por los niños es que trato de verme fuerte pero no lo estoy, el dolor y el amor sigue ahí... ¿por qué?

— Bill, apaga eso. — salí de mis pensamientos y me di cuenta que ya se habían dormido. Me levanté a apagar el DVD y volver a mi canal de novelas para dormir también.

Vi a Tom darles un beso en la frente a los dos y susurrarme un "buenas noches" para abrazarlos y dormir junto con ellos.

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Me levanté a la hora de costumbre para preparar el desayuno y alistarme. Estaba orgulloso de que mis bebés ya sabían alistarse solos y no necesitaban de mi ayuda.

— Buenos días, papito.

— Hola, papito.

Los vi bajar en los brazos de Tom quien se había alistado con la misma ropa, tal vez listo para darle una explicación a Heidi de donde pasó la noche.

— Hola, bebés. — le di un beso en la frente a la nena y luego al nene. Los invité a sentarse en la mesa.

— ¿Y para mí?

— No hay. — Tom hizo un puchero lindo, me reí por lo bajo sirviendo el desayuno a los niños que estaban ya sentados en la mesa.

— ¿Por qué no, papito?

Ay, no.

— ¡Dale un beso a papi para que le vaya bien en el trabajo como lo haces con nosotros para ir a la escuela!

— ¡Si papito, por fa! — timido le di un beso en la mejilla a Tom.

— ¡No!

— ¿Por qué? — fruncí el ceño. — Ya le di.

— Es que el beso debe ser en la boca, papito. A si se dan los esposos. — mi mandíbula casí cae al suelo.

Pese a su edad son unos niños inteligentes y bandidos.

Maldición.

— Hazlo otra vez. — miré a Tom con seriedad, el esperaba ansioso a que mis labios vuelvan a tocar los suyos. Para acabar rápido con la presión que sentía, lo tomé de los hombros y acerqué mi boca de golpe a la suya. — ¡YEIIII!

— ¡PAPI Y PAPITO SE BESARON!

— ¡AAAAHHHHH!

— ¿Mejor? — sonreí con el rostro demasiado sonrojado, ¿por qué me ponía así?

— ¡Sí!

— Ahora coman tranquilos, les quedan veinte minutos para ir a la escuela. — nunca los había visto tan entusiasmados, sonrientes, felices...

Ya hablaría con ellos para tomar una decisión...

— Yo iré a dejarlos a la escuela, Bill. — asentí tomando un poco de mi café. — Iré a recogerlos y te los devuelvo el domingo en la noche.

— Sí... — ambos salieron corriendo para lavarse la boca. Aproveché para servirme un poco más de café y tomar pero se me olvidaba como tragar si me miraba así. — ¿Qué me ves?

— ¿No puedo verte? — rodé los ojos dándole la espalda. Clarito sentí como se levantó y se acercó a mi otra vez por detrás. — No te dije ayer pero me gusta lo sexy que te queda mi ropa.

— Jodete. — volteó mi cuerpo para que lo mire, yo solo vi sus labios con ganas de besarle.

— Bésame. — no me negué, rodeé su cuello con mis brazos para profundizar más. Él me cargó para hacerme sentar en el mezón de los trastes, se abrió paso entre mis piernas.

Estaba emocionandome de la entrepierna...

— ¡Shh! — ambos nos separamos lentamente y regresamos a ver a los dueños de esas risitas picardiosas. — ¡Te dije que te calles! — la nena le dió un manotazo a su hermano y le hizo reir más.

— Tranquilos, sigan. No vimos nada, papito.

— Llevalos a la escuela de una vez, Tom. — él también iba riendo mientras sacaba las mochilas. Los niños corrieron hacia mi para que les de un besito de buena suerte e irse con su papá.

Cada que ellos no estaban, arreglaba la casa, lavaba los trastes y me iba a pasar el fin de semana en casa de Sam luego de trabajar obviamente.

Salí de la casa, me subí al auto y fui directo a la agencia para empezar mi día.

— Hola, Luci, ¿alguna noticia?

— Victoria Secret te mandó una invitación para su desfile de modas para mañana y más contratos que debes leer, aceptar o rechazar. Muchas empresas quieren que modeles su ropa.

— ¿El jefe lo sabe? — asintió mientras caminaba a mi detrás. — ¿Qué piensa?

— Eres su modelo favorito, todo te lo deja a tí. — al llegar a mi oficina me senté en el escritorio. Abrí el sobre blanco de la empresa con su respectiva invitación.

“Bill Kaulitz y esposo

V.S

.

¿Esposo? jumm.

Fruncí el ceño acompañada de una sonrisa, Heidi me va a odiar más...

— ¿Qué dice? — relamí mis labios tomando el teléfono para hacer una llamada, Luci me miraba con atención.
La pobre se quedó sin trabajo luego de lo que pasó en mi casa con Heidi y le agradecí dandole un trabajo aquí conmigo.

Por linda.

Empresa Kaulitz, ¿en qué puedo ayudarle?

— Soy Bill Kaulitz, Karen. ¿Me pasas con el señor?

Un momento. — Luci rodeó con ojos con una sonrisa mientras negaba, me encogí de hombros sintiendome más picardioso.

Billie...

— Tom, ¿podemos vernos?

Ahorita.

— Okay, ven a mi oficina. Te espero. — colgué la llamada mientras soltaba una carcajada de emoción. Esto es tan bueno.

No pasó mucho para ver entrar a Tom por las puertas y sentarse delante de mí.
Luci se fue dejandonos solos, le pedí que no nos moleste nadie. Caminé hasta él para darle la tarjeta.

— ¿Eso qué? — abrió la tarjeta sin entender.

— Sigues siendo mi esposo y por lo tanto tienes que asistir conmigo al desfile de moda.

𝑰𝒕'𝒔 𝑩𝒊𝒍𝒍𝒊𝒆 𝑭𝒖𝒄𝒌𝒊𝒏𝒈 𝑩𝒊𝒕𝒄𝒉 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora