Una piedra en el rio

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Himiko se tambaleaba por el callejón, su mente estaba envuelta en una densa niebla.

¡Monstruo! ¡Demonio!

Había perdido la cuenta de cuánto tiempo había estado vagando por la calle, ella solo sabía que tenía que seguir avanzando, alejándose de las voces.

¿Por qué no puedes solo ser normal?

Habían pasado horas desde que se había detenido a descansar, a buscar algo de comer o beber. Ella esperaba que con cada paso adelante eventualmente estaría lo suficientemente lejos para que las voces se callaran. Que finalmente seria libre.

Y aun así, las voces de sus padres la seguían atormentando.

Si tan solo controlaras tus impulsos, no tendríamos que hacerte esto.

Eventualmente, una conmoción en la distancia capto su atención, el olor de la sangre en el aire llamo su atención. Esa maravillosa esencia le recordaba el hambre que sentía, y fue suficiente para distraerla de sus pensamientos oscuros.

Comenzó a avanzar hacia la conmoción, llena de la profunda necesidad de encontrar el origen de esa sangre. Conforme se acercó, ella escucho los sonidos de pelea y las palabras "héroe" y "villano".

Pero no llegó muy lejos.

Ella estaba tan concentrada en el olor en el aire que no se fijó de los escombros tirados hasta que su pie se chocó con una tubería suelta. Ella intento mantenerse en pie, pero estaba muy débil. Ella cayó al suelo soltando un ruido seco. Mientras yacía ahí, Himiko sentía como su fuerza la abandonaba y como todo se desvanecía en oscuridad.

Lo último que vio fue un pequeño chico con una cabellera verde caminando hacia ella. Ella a duras penas alcanzó a escuchar su pregunta "¿te encuentras bien?"

Mientras, ella lo miraba directamente a los ojos, rogándole:

Por favor, no me lleves con mis padres.

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Inko buscaba frenéticamente a Izuku. Mientras estaba caminando por el distrito comercial con su hijo, ellos se toparon con un robo que había salido mal. Ahora, un villano cuyo quirk le permitía crear cuchillas desde su cuerpo tenia a un joven de rehén demandando un paso seguro. Los héroes habían acudido rápidamente, pero ella conocía a Izuku. El definitivamente había corrido para ver a los héroes en acción, y ahora ella no podía encontrarlo con la multitud que se había formado.

"¡Mamá!" Después de unos minutos muy tensos, Inko dejo escapar un suspiro de alivio mientras veía a Izuku salir de un callejón. "¡Hay una chica aquí! ¡Necesita ayuda!"

Llena de preocupación, Inko lo siguió a callejón y se sorprendió con lo que vio. Una niña despeinada de un cabello rubio cenizo yacía ahí, desmayada en el suelo. Era pálida y delgada, usando un conjunto de ropa sucia y desgastada. Encima de eso, tenía una cantidad preocupante de sangre seca manchando su ropa.

"¡Tenemos que ayudarla!"

"Yo..." Inko miro preocupada a su hijo. "Los servicios de emergencia deberían llegar pronto. Debemos decirles de ella. En lo mientras, intentemos encontrar a sus padres". A pesar de que Inko sospechaba que no encontraría a sus padres.

Izuku se sentó al lado de la niña antes de girar su cabeza a su madre. "¡Voy a quedarme aquí a esperar junto a ella!"

Inko suspiro y le dio una leve sonrisa a su hijo. Siempre el héroe. "Muy bien, pero si hay problemas sales corriendo, ¿entiendes?"

Familia Más Allá de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora